martes, 16 de diciembre de 2025

VISITA PINTURA SEVILLANA : ZURBARÁN Y LOS CARTUJOS

 




























(VISITA) Martes 16-12-25 (VISITA) LA PINTURA SEVILLANA UNA APROXIMACIÓN ICONOGRÁFICA BLOQUE I: TEMÁTICA RELIGIOSA FICHA 8: ZURBARÁN Y LOS CARTUJOS  (MUSEO BBAA) Iconografía muy especial Cartuja y otro del convento de Porta Coeli ; Francisco Zurbarán tiene problemas con Alonso Cano ( le exigían que se examinara) termina yéndose de Sevilla,  Murillo culmina con el claustro chico de San Francisco, en 1626;  Zurbarán en el convento San Pablo hizo 26 lienzos solo se conservan pocos, hasta 1645 donde Murillo hace el claustro chico de San Francisco , han pasado otros 20 años;  Zurbarán es el referente el último gran trabajo el de la sacristía de la Cartuja , Monasterio de Santa María de las Cuevas y las pinturas son de 1655,  por el contrato con Pedro Roldán para los marcos de yeso,  pero se fecharon en 1630, sin embargo se ha determinado que son de 1655,  los cuadros se disponen en la sala del Museo igual que en la sacristía, estos cuadros  parece que no tienen complejidad Virgen de las Cuevas de la Cartuja y San Hugo en el refrectorio ese conjunto de obras destaca, la Virgen la singularidad,  los cartujos son especiales , CARTUJOS su orden nace en 1114,  San Bruno nace en 1031,  parece que no tenía intención de crear la orden,  pero los siete intelectuales que lo acompañan sí que le inspiraron para crear la orden, quería vivir como eremita,  la mayor parte del tiempo viven en soledad, no son celdas sino apartamentos con fresquera, viven mucho tiempo en su habitáculo, la vida empezaba a las 24:00 h de la noche y estaban hasta las 7:00 h de la mañana en rezos, los monjes estaban solos y en silencio,  la vida en comunidad es muy escasa eran por su principio eremita; San Bruno de Colonia estudia en la Catedral de Reims en Francia,  coincide con el reinado del almohade de Al Mutámid , pero expulsado por los almorávides es la alta Edad Media,  el tema cultural empiezan las primeras escuelas, unidas a las catedrales; la ciudad de Colonia era una ciudad del Sacro Imperio Romano Germánico, interesado en poner al Papa,  el emperador del Sacro Imperio quería quitarle poder al Papa, pero la curia de Roma quería imponer a su Papa , Enrique IV designa un Papa, pero le llama antipapa, San Bruno estaba asqueado de los tejemanejes de la Iglesia,  la reforma de la orden benedictina llega a la orden de Cluny, Gregorio VII reforma gregoriana, el Papa no puede recibir órdenes del poder temporal,  lo que significa que el Papa es designada por la curia,  no se puede discutir el Sacro Imperio Romano tiene que ceder a la máxima potestad,  el Papa podía imponer o designar a otro : trataba de evitar la simonía, nicolaismo, (amancebarse con una pareja) ;  cuando San Bruno y Urbano II en donde el Papa tiene que tomar la ciudad de Roma con un ejército;  expansión de la orden de Cluny a lo largo del Camino de Santiago y responden solo ante el Papa y no responden al obispo,  ni a otras autoridades eclesiásticas;  la responsabilidad del territorio y roturación de terrenos se le encarga al Císter que solo depende del Papa; la abadesa de San Clemente no le hacía caso al obispo de Sevilla y solo el Cister, Cluny y los cartujos eran órdenes que solo dependían del Papa; Bruno de colonia nombrado a los 27 años designado máximo responsable de Reims y un alumno suyo es nombrado señor de Cluny y después Papa;  Hugo de Grenoble protegió a San Bruno, prior de los cartujos,  la celda del prior de la Cartuja donde estuvo Carlos V era el lugar más prestigioso de la ciudad ; el cuadro de SAN HUGO EN EL REFECTORIO  indica sencillez Hugo de Grenoble fue competidor de San Bruno y le cedió el picacho de Chartres,  fue el origen de los cartujos, la peculiaridad  de admitir a los legos con un sistema de Cartuja externa para ellos y la Cartuja interna para los padres;  San Bruno busca un modelo de la vida de Roberto de Monsalve y San Bernardo de Claraval , influyen en San Bruno y consideran modelo la Virgen;  los mercedarios los continuaron;  las características 1) austeridad, 2) veneración a la Virgen y 3)  silencio ; el cuadro el SAN BRUNO Y URBANO II  ( con la peculiaridad que el Papa representado es Inocencio X) Hugo de Grenoble obispo de Grenoble y dueño del picacho de Chartres,  pocos escritos por parte de San Bruno,  pero cartas muy bien redactadas y de una gran altura literaria,  competencia de Hugo y Bruno después Hugo protege a Bruno,  Hugo le pasaba los recursos,  Hugo le mandó carne y estaban discutiendo si deberían de comer carne o no,  la casa de Borgoña también los protegía,  establece que el la Cartuja sea protegida y los cartujos se convierten en sitios muy ricos del X al XIV la Cartuja era más rica porque tenía almadrabas,  minas,  miles de cabezas de ganado,  recibían 300 menesterosos diarios para darles de comer, los monjes  comían “galapaguera” sopa de tortuga, el  jamón, la  mojama y atún eran para los pobres;  los franceses aprenden de los cartujos a batir huevos y le llaman trortilla francesa,  los franceses hacen tortillas pero son tortillas ;  cartujas;  San Bruno y Hugo están discutiendo si comer carne,  estaban discutiendo si comerla sólo los domingos y durante 45 días,  cuándo viene Hugo de Grenoble mira la carne y se vuelve ceniza,  estos cuadros son de 1655 pero se pensó que eran de los años 30 por los rostros claros, contra reformistas,  la factura de los cuadros puede averiguarse por el ropaje del emisario,  los panes (bobas),  jarras de vino (los monjes tenían tinajas en sus celdas  con vino,  aceitunas)  jarras con el escudo de el arzobispo Gonzalo de Mena,  estuvo enterrado en Cartuja y en la Catedral,  Bruno y los cuatro padres y  dos legos,  son siete estrellas,  en la jarra se aparecen solo 5;  sala del Museo muy especial,  con artesonado del palacio de los Tavera en  la calle Bustos Tavera;   antes del Monasterio de santa María de las Cuevas, ese terreno eran canteras de barro y centros alfareros,  el monasterio tenía su propio centro alfarero;  el cuadro que aparece en el refectorio tuvo que alargarlo el autor , por la simetría;  el cuadro del refectorio tiene una riqueza de blancos y grises muy importante, la materialidad de las se requieren representar el ayuno y la abstinencia; en el cuadro de San Bruno y el Papa Urbano II ,  el Papa aparece bajo un dosel,  tela,  manteles,  pañería alemana; el cuadro  tiene una costura que casi  le llega a la cara de San Bruno; Urbano II quiso conceder a Bruno un obispado y enfrentarse a los antipapas Clemente III y que ponía en duda el principio de su autoridad, el Papa Urbano II  también le pidió dinero para costear ejércitos que defendieran su principio de autoridad contra el ;  es la tercera característica de los cartujos (el silencio), Urbano II  le impone que vaya a Reggio Calabria y forme allí un monasterio cartujo, ya que no quiso aceptar el obispado,  Zurbarán pone la imagen de Inocencio X como si fuera el Papa Urbano II,  iconografía de la VIRGEN PROTECTORA de las órdenes religiosas (  dominicos en el Alcázar,  protege a los Reyes y a los indios),  en la composición de Zurbarán línea horizontal el manto y la verticalidad la propia Virgen,  acoge a los padres y a los legos , los guarda bajo su manto , cartujos el culto a la Virgen y cuenta ya lo aprovecha mucho Murillo,  contraste entre el cielo y la cueva y el ascetismo y los jazmines y las rosas del Rosario;  los cartujos sin exaltación se basan en esa serenidad,  composición no es original pero lo hace con virtuosismo y los bermellones del cuadro son muy singulares, los cartujos tenían sus talleres de encuadernación en el monasterio de la Cartuja hacen que se corrija el cierre del libro con cordeles y se cambiaron por unas cierres metálicos , como de un taller de encuadernación , en el Patio del Museo vimos el retablo de azulejos de Cristóbal de Augusta con el motivo de la Virgen protegiendo a santos de la orden dominica, probablemente Zurbarán se inspiró en él

 

FICHAS DE ATRIUM

 

LA ICONOGRAFÍA CARTUJA Entre los siglos XI y XIII se producen grandes reformas en la Iglesia y surgen las órdenes monásticas de mayor relevancia: cluniacenses, cistercienses, carmelitas, jerónimos, franciscanos, dominicos y cartujos. También en esta época las imágenes de los santos fundadores de dichas órdenes fueron perfilando su iconografía, que tuvo en la indumentaria su elemento básico, por lo que son fácilmente reconocibles. Como símbolo genérico también suelen portar el libro de la regla y una maqueta de un templo, y los abades además el báculo. Bruno de Colonia murió en 1101 habiendo fundado la orden cartuja, que alcanza su apogeo durante los siglos XIV y XV. Pero frente a otros santos que adquieren su modelo plástico muy pronto, a veces incluso antes de su muerte como san Francisco, Bruno tardará bastante en ser representado. Las primeras imágenes conocidas se encuentran en el Libro de Horas del duque de Berry (1410) y en el políptico de Vivarini y d’Alemagna (1441) de la Pinacoteca Brera. En general los santos fundadores fueron canonizados poco después de su fallecimiento; Francisco de Asís en 1228, Domingo de Guzmán en 1234, Bernardo, reformador del Cister, en 1174. El hecho de que estuviera admitido el culto de todos ellos favoreció la proliferación de sus iconos. Sin embargo, no es este el caso del fundador de los cartujos, que de hecho no tuvo nunca una canonización formal. En 1514 León X concedió a los cartujos de forma oral el oficio en honor del fundador. El culto se extendió a toda la Iglesia en 1623. Las publicaciones sobre su vida tampoco aparecen hasta el XVI, siendo notable en este sentido la de 1596 escrita por Juan de Madariaga, que por su pormenorizada descripción de sus milagros pudo muy bien servir de modelo para algunas de las escenas que los artistas realizaron en los ciclos pictóricos que se le dedicaron. Una referencia tardía pero de gran interés es la que encontramos en los Soliloquios amorosos de un alma a Dios, publicados en 1626 por Lope de Vega, en la que aprovecha la figura de Bruno para denunciar la murmuración de la que él mismo fue víctima en muchas ocasiones. Pese a lo expresado desde fechas muy tempranas asistimos a un importante desarrollo de las artes en la orden, algo que contrasta con el espíritu austero del fundador. En los siglos XIV y XV se transforman los edificios, que pasan de una arquitectura funcional a ser centros principales de creación de arte. Este proceso tuvo lugar por el deseo de monarcas y nobles de acogerse a la hospitalidad espiritual de las cartujas, haciendo de las mismas su lugar de enterramiento. En el siglo XIV, los duques de Borgoña, al elegir la cartuja de Champmol en Dijon para levantar sus tumbas, abrieron el camino a las maravillas artísticas que tan ajenas les eran a los seguidores de Bruno. La fundación de cartujas será prioridad para reyes, nobles y eclesiásticos, como por ejemplo Juan I de Castilla, que promueve la cartuja del Paular, o la cartuja de Miraflores, fundada en 1441 por Juan II de Castilla. Pero habrá que esperar un tiempo para que las cartujas se decoren con escenas de la vida de san Bruno o de los monjes y santos cartujanos, ya que, como antes apuntamos, la definición iconográfica de su fundador surge mucho más tarde. Es sobre todo a partir de la época moderna y coincidiendo con la Contrarreforma cuando podemos hablar ya de un desarrollo paulatino de las imágenes de san Bruno y de la historia de la Orden, de sus santos y beatos, potenciándose el papel de éstos y de la Virgen como intercesores ante la divinidad. ZURBARÁN Y LOS CARTUJOS El conjunto de Zurbarán para la Cartuja estuvo destinado a la sacristía del monasterio. El recinto fue ocupado en 1810 por los franceses, siendo los cuadros llevados al Alcázar con la idea de trasladarlos a Francia, pero en 1813 volvieron a la Cartuja, donde permanecen hasta 1835, cuando, tras la desamortización, llegan a su sede actual, el museo de Bellas Artes (fig. 1). Para dicha sacristía pintó Zurbarán en 1655 tres obras que aluden a los principios espirituales de la orden: el silencio, en La visita de san Bruno a Urbano II, la mortificación, en San Hugo en el refectorio y la devoción a María, recogida en La Virgen de las Cuevas (fig. 3). Esta última plasma una iconografía de origen medieval donde los frailes aparecen recibiendo protección de la Virgen acogidos bajo su manto en dos grupos arrodillados (fig. 2). La obra es de gran simplicidad compositiva, pero las figuras tienen mucha fuerza plástica al individualizar los rostros, que constituyen una auténtica galería de retratos (fig. 4). La Virgen bendice de modo especial a los dos primeros monjes, que podrían ser Dominique Hélion y Jean de Rhodes por su papel en la difusión del rosario, simbolizado por las rosas y los jazmines esparcidos en el suelo. Se aprecia el dominio de Zurbarán al tratar las calidades de la materia en los hábitos, y su extraordinario sentido del color con el que crea una luminosa composición que se ve enriquecida por los matices rosas de la túnica y azules del manto (recogido por dos ángeles) en contraste con los blancos de las vestiduras de los cartujos y con la oscuridad de la parte interior del manto. En San Hugo en el refectorio (fig. 5) se narra el milagro acaecido el año 1084 en la cartuja de Chartreuse (Grenoble), el domingo anterior al miércoles de ceniza, cuando san Hugo, obispo de la ciudad, envió carne a los frailes fundadores. Mientras discutían la posibilidad de vivir o no en perpetua abstinencia quedaron, por intervención divina, sumidos en un sueño que se prolongó cuarenta y cinco días. Al recibir la visita de san Hugo despertaron y vieron como la carne se había convertido en ceniza, prodigio que confirmó que debían intensificar aún más su vida de austeridad y ayuno. En el lienzo destaca otra vez la galería de retratos, el tratamiento del bodegón (fig. 6) y el color, sobrio pero con delicadas veladuras en la pared y el mantel blanco. En el cuadro del fondo vemos la Virgen y san Juan, patronos de la fundación. Los siete monjes sentados son los fundadores de la orden; san Bruno en el centro, a su izquierda Laudovin y Etienne de Bourg, a su derecha el capellán Hugon y Etienne de Die y en el extremo los legos Guerín y André. En primer plano vemos a Hugo de Grenoble y a su emisario. La visita de san Bruno al papa Urbano II (fig. 7) narra el episodio en el que el santo fue llamado por el pontífice para pedirle consejo. Bruno había sido profesor de teología en Reims, donde conoció a Urbano II (fig. 8) en 1088. La iglesia no pasaba por un buen momento debido a las luchas que tenía Italia con el resto de Europa, por lo que el papa llamó al que fue su maestro para que ejerciera de consejero. Tras renunciar al cargo de arzobispo de Reggio y habiendo pasado más de un año en Roma, en 1091 accede a la petición papal de fundar un segundo monasterio en Calabria (cartuja de Santa María de la Torre), donde se retiró hasta su muerte.