martes, 9 de abril de 2024

CAPILLAS CATEDRAL : CAPILLA DE LA VIRGEN DE LA ANTIGUA Y ALTAR DE LA PIEDAD

 

 
Plano de la Capilla de la Virgen de la Antigua 

Distribución y situación de elementos en la capilla  


Virgen de la Antigua 


Virgen de la Antigua 


SUELO DE LA CAPILLA COMO CRIPTA 






LATERAL DE LA CAPILLA CON PINTURAS 




SEPULCRO DE DON DIEGO DE MENDOZA 








FRONTAL DE ALTAR



Tabernáculo 

Tabernáculo


Lámparas 


Lámparas 
Lámparas 


PUERTAS LABRADAS 



PORTICO 




SACRISTIA  DOBLE PLANTA








ALTAR DE LA PIEDAD 







reja

capilla y reja 


La Piedad

Arcosolio



La Piedad 








Mencía de Salazar 




    



Martes 9-4-24 (VISITA) CAPILLAS DE LA CATEDRAL CAPILLA DE LA ANTIGUA / ATRIUM / Guía Emilio Rubio / zona cero de las capillas,  papel histórico muy distinto,  se comprueba en el suelo como cripta,  en el primer período privado y después el Cabildo catedralicio,  mucho PATRIMONIO  (escultura, pintura, orfebrería, ebanistería, glíptica)  pero afectado por un incendio,  conjunto de lámparas de plata tanto en altar como en las entradas,  testimonio de la riqueza que tenía;  baranda y frontal de altar,  tabernáculo talla de piedras duras;  mezquita se entraba por donde el Patio de los Naranjos,  se recorría todo la parte longitudinal del templo y se llegaba a esta zona,  donde estaba el Mirhab y  la Maqsura  donde oraba el califa,  después se convirtió en Oratorio de San Pedro , en los laterales puertas de nácar acceden a las sacristías (a doble altura),  el patrocinio privado fue de Ruy López de Mendoza  es de un linaje vasco y gallego, su mujer María de Vega , fue uno de los ricos hombres que redactó el repartimiento de Sevilla,  fue muy complicado,  Almirante de la Marina de Castilla,  recibió en el reparto el término de Alcalá de Guadaíra,  otro familiar Diego Hurtado de Mendoza y su sepulcro del cardenal Mendoza,  era tío de este;  Ruy González Mondoñedo , casado con Beatriz Ponce de Mendoza , su figura aparece arrodillada en la base del cuadro de la Virgen,  proceso de traslado muy complejo,  aparece en cuadro de Domingo Martínez , el traslado de la pintura de la Virgen,  se realiza en el interior de un pilar,  en 1338 el pilar está dentro de la mezquita,  reinando Alfonso XI, siglo XIV, reino musulmán nazarita,  batalla de Salado,  expulsan a los benimerines del norte de África, se le concede el enterramiento Juan de Mendoza impulsa construcción de capillas en la nave de la epístola,  en 1458 las naves y las capillas góticas están construidas,  pero la Capilla de la Antigua empieza a significarse con Diego Hurtado de Mendoza , su hermano encarga a Domenico Fancelli su sepulcro, ( muda el nombre de la capilla de San Pedro por la capilla de Santa María),  la primera transformación es por altura y superficie,  la segunda es la portada de diseño de Diego de Riaño realizada por Simón de Colonia en 1496 a 1510;  es Diego Hurtado de Mendoza de 1503,  en  1578 se produce el traslado del pilar,  lo encarga Cristóbal Rojas de Sandoval , retira los mercaderes de las gradas y consigue que Felipe II haga la Lonja de Mercaderes, Cristóbal Rojas fue confesor de Carlos I , era muy culto,  es el principal ponente de Trento,  consigue la implantación de las reformas,  se enfrenta con los canónicos de la Catedral de Sevilla,  Cristóbal Rojas Sandoval,  libera a la Catedral de los mercaderes,  en 1578 se traslada el Pilar con la Virgen;  el sepulcro y la reja, supuso  otra reforma de Luis Salcedo y Azcona el siglo XVIII , se  lo encarga el RETABLO a Pedro Duque Cornejo en 1730,. diseño con algo neoclásico pero los materiales son barrocos,  todavía estaba en su furor;  las esculturas se las las esculturas se las encarga a Pedro Duque Cornejo : Santa Ana , San Joaquín , San Juan Bautista , San Juan Evangelista todos de Pedro Duque Cornejo , después se va a Cádiz,  a la Catedral de esa ciudad, que tiene influencia italiana,  Luis de Salcedo encarga el sepulcro a imitación del frontero de Domenjco Fancelli;  Pedro Duque Cornejo no es Doménico Fancelli,  este se movía en el entorno de Donatello,  las figuras del sepulcro Diego Hurtado de Mendoza son de primer nivel del Renacimiento;  la baranda es del platero Gargallo,,  la reja recién restaurada funciona con mucha perfección;  pinturas de Domingo Martínez pero se quemaron;  lámpara ; VIRGEN  de estilo de Siena o parisino,  del ducado de Borgoña, similares son las  vírgenes del Coral y Virgen de Rocamador,  son de esa época y la del Memorial de San Isidoro del Campo;  Asensio de Maeda fue el arquitecto que trasladó el pilar, colocó unos rodillos debajo del pilar,  arrastrándolo lo trasladó cuando ya no soportaba estructura ; La Virgen ha tenido retoques, no ha tenido daños,  es modificación del original,  la orfebrería también en el niño,  las piezas son de 1929:  la corona , el pectoral y la corona del niño , para la coronación canóniga , se incluyen los ornamentos,  la corona estaba pintada y la corona del niño ahora es de orfebrería ocupa espacio de la corona, la expresión de la virgen: boca pequeña,  ojos grandes del estilo ,  Lorenzo de Varisela  de la escuela de Siena ; el SEPULCRO de Diego Hurtado de Mendoza (encargado por el Conde de Tendilla, Iñigo López de Mendoza, hermano del cardenal)  a Doménico Fancelli, de estilo  plateresco toscano, influyó mucho a nivel local, regional y nacional , el autor vino a la catedral de Granada, catedral renacentista,  después de la de Málaga de Diego de Siloé,  Fadrique de Rivera a su paso por Florencia encarga a Bisone las tumbas de su padre,  relieves encima del sepulcro y San Juan Bautista son admirables,  los candelieri  y los grutescos aparecen por primera vez en España,  sepulcro 1502,  se asienta junto al pilar,  en 1510 y Domenico Fancelli viene en 1508,  el 1734 se recoloca todo por el cambio de la Virgen,  SACRISTÍA bóveda de terceletes,  sala de reuniones del personal de la Catedral y de los canónigos;  Santa Catalina de Valdés Leal y Dolorosa de Murillo ; puertas labradas por Luis Vilches,  en madera de ébano con carey y bronce,  con el escudo de los Azcona;  Sánchez Reciente frontal de altar y baranda , frontal de altar se ve a San Fernando mirando a la Virgen de la Antigua,  pintura de San Isidoro y San Carpóforo y San Diego de Alcalá,  curación del paralítico;  tondos de San Fernando,  San Luis rey de Francia,  Santa María de Águeda y Duns Scoto;  cuadros con el muro sin destruir y destruido y aparece la Virgen TABERNÁCULO con paño de Verónica en el interior, en plata,  es un relicario  con una pintura de un paño de la Verónica,  modelo bizantino,  hay otros por las cristiandad,  ya apunta el arte neoclásico,  con plata labrada (trabajada a cincel)  y puerta repujada (molde) el trabajo glíptica (mezcla de piedras);  peldaño con marcas para no resbalar;  PÓRTICO de Diego de Riaño,  esculturas de Juan Bautista Vázquez, Adoración de los pastores del rejero Juan López ; friso de gusto clásico, se termina en 1578;  cuadro se hace el traslado de la Virgen;  rejas barrocas reja marcaba los derechos de propiedad capilla de las vírgenes de la Antigua vinculadas a la reina Isabel la Católica,  esta capilla se usaba de Capilla Mayor ; CAPILLA DE LA PIEDAD pintura de La Piedad  de Alejo Fernández de 1527 nos acostumbró a imágenes muy monumentales, por la narrativa,  aquí, sin embargo, hace alarde compositivo,  superposición de planos,  muro sur de la Catedral, puerta de San Cristóbal,  la estructura arquitectónica es del maestro Carlin,  muro occidental se decoran con obras de Lorenzo Mercadante de Bretaña , Juan de Hoces aplica al norte y al sur de la capilla,  terminados por Juan Gil de Hontañón,  se ejecuta entre 1515 y 1516,  a los pocos años se le otorgan el derecho de enterramiento a la mujer,  Mencía de Salazar,  viuda de Medina,  esposa del Jurado Alonso Medina,  aliado de los Guzmanes,  sin competencia hasta que surgen los Ponce de León,  los Medina pertenecen a la collación de San Lorenzo, Mencía de Salazar viuda de Medina, aporta una  renta perpetua de 6000 maravedíes para la Catedral, costea la  reja de Martín de Gaínza con barrotes entorchados góticos,  además había que decir misas diarias, la viuda pago la renta, la decoración, el  culto y el sostenimiento para los beneficiados;  Alejo Fernández de origen alemán,  la base de su pintura es de Durero y Schongauer  y sus grabados,  se va a ir italianizando,  la parte central del cuadro es norteña pero en el banco (Flagelación de Cristo y Negación de san Pedro ) hay algo de italianización la Magdalena,  Virgen compungida las Marías de Cleofás y María de Salomé,  José de Arimatea y Nicomedes,  pluritemática , alarde virtuosista de carácter decorativo , pluritematismo enterramiento,  la Magdalena,  resurrección de Cristo, bajada al limbo,  Monte calvario,  “Noli me tangere” (No me toques) ,  muchos planos el tema de fondo es la Resurrección,  los Santos en el arcosolio, hay muchos estilos,  italianizante en el banco,  comunicación de temas, Pedro llorando y Jesús a punto de ser azotado , Cristo perdona e intercede , los Santos,  multi temática de enterramiento

 

FICHAS ATRIUM

 

CAPILLA DE LA ANTIGUA Cronología: 1496-1518 Autores: Simón de Colonia (atrib.) DATOS HISTÓRICOS. Tras la conquista cristiana de Sevilla el espacio más sagrado de la mezquita almohade, el mihrab y la maqsura que lo antecedía, se convierten en la capilla de san Pedro. A mediados del XV, durante la construcción del nuevo recinto gótico, este lugar vio surgir una capilla que en nada se diferenciaba de su simétrica, la actual de san Francisco y de las que le precedieron en el costado del evangelio. A estas obras no fue ajeno el empeño del cardenal Juan de Cervantes; ya en 1449 se hicieron pagos específicos relacionados con la capilla e incluso se compró material para hacerle una escalera de madera. También sabemos que Cervantes abrió una puerta entre la capilla de san Hermenegildo, que habría de ser su lugar de enterramiento, y la de la Antigua. En 1458 todo este sector del templo estaba ya terminado. Entre 1496 y 1497 comienza la transformación de la capilla bajo la dirección del arquitecto Simón de Colonia, obras promovidas por el arzobispo Diego Hurtado de Mendoza. En 1578, bajo el mandato del prelado Cristóbal de Rojas, se traslada la pintura de la Virgen de la Antigua a su ubicación actual. En 1734, otro arzobispo, Luis de Salcedo y Azcona, encargó a Pedro Duque Cornejo la realización de un nuevo retablo, las gradas y el pavimento de éstas. Las obras, realizadas a semejanza de lo ya existente en el recinto, finalizaron en el año 1738. PATRONATO. Desde la Reconquista se utiliza para enterramiento de notables personajes como Ruy López de Mendoza y su mujer, María de Vega. En 1338 es dada en patronazgo a Ruy González Manzanedo y su esposa Berenguela Ponce, que pueden ser los responsables de encargar la célebre pintura, siendo factible creer que la retratada a los pies de Virgen sea la citada Berenguela. Con el patronazgo de Diego Hurtado de Mendoza se realiza una nueva capilla a partir de 1496; se aumenta la superficie, se la dota de una sacristía de dos plantas y se realiza el sepulcro del prelado, emplazado primero en el muro Sur y luego en el muro Este. Con el patronazgo de Luis de Salcedo, ya en el siglo XVIII, se dispone un nuevo sepulcro parietal y la capilla adquiere su aspecto actual. Muchas son las circunstancias anómalas que concurren en la capilla de la Antigua. La más importante sin duda es la de su uso, tanto ceremonial como funerario, pues desbordó siempre la función específica que sus patronos pretendieron, ya que desde 1338, pese a las reducidas dimensiones de entonces, la creciente devoción de santa María hizo de la capilla de san Pedro el lugar donde más clérigos vinculados al Cabildo se enterraron. A partir de 1478 la Antigua fue el espacio más usado del templo, como queda bien patente por la devoción de la reina Isabel, inicio del vínculo de los reyes con la capilla. La razón de tal primacía se basó, sobre todo, por poseer cualidades simbólicas y cultuales únicas, por lo que, cuando se puso la piedra postrera de la catedral gótica, el 10 de octubre de 1506, la celebración litúrgica tuvo lugar en la Antigua. Por lo tanto la capilla hizo, hasta una fecha muy avanzada del siglo XVI, el papel que luego desempeñó la capilla Mayor, en la que, por cierto, jamás se permitió enterramiento alguno, ventaja que la de la Antigua aprovechó en grado sumo. DOTACIÓN ARTÍSTICA. Arquitectura: La Antigua es la única capilla del edificio que posee extensión y altura mayores, además de un gran anexo de dos plantas y una significativa intervención barroca que le dio su apariencia actual, en un proceso tan laborioso que este ámbito ha estado en obras durante más tiempo que cualquier otro del templo, pues fue el primero que se reformó, en los límites del siglo XV, y ha sido el último en recibir añadidos neogóticos, hacia 1928, concretamente en el cerramiento exterior del muro meridional. El espacio actual es resultado de, por una parte, las obras que emprende el arquitecto Simón de Colonia a partir de 1496; por otra de la apertura de una puerta hacia el sector del crucero (muro Este) y la recolocación del sepulcro de Mendoza en el frente interior de este mismo muro, obras proyectadas por Diego de Riaño a partir de 1533 y ejecutadas por éste y por Martín de Gaínza; y, por último, de las reformas renacentistas acometidas por Asensio de Maeda desde 1578. Vinculadas con la primera transformación se conserva la sacristía de dos plantas ubicada en su flanco oeste, la superior empleada como archivo entre 1526 y 1797. De entre los elementos arquitectónicos destacamos las tres bóvedas; en primer lugar la de la capilla, en segundo la de la cámara alta o archivo, y finalmente la de la sacristía, que en conjunto constituyen un despliegue de virtuosismo arquitectónico de notable calidad. Retablos y esculturas: En el muro izquierdo encontramos el sepulcro de Diego Hurtado de Mendoza, obra de Doménico Fancelli. Es de tipo mausoleo parietal, marmóreo alabastrino, y en su decoración destacan seis pequeñas hornacinas aveneradas con estatuas de dos apóstoles (¿Santiago el Mayor y san Felipe?) y los santos Pedro, Pablo, Juan Bautista y un mitrado. En el centro un catafalco presenta la escultura yacente del cardenal arzobispo revestido de pontifical. En el muro del fondo varias escenas; en el tímpano altorrelieve de la Ascensión del Señor y debajo otros tres más pequeños, representando la Resurrección, Santa Ana Maestra de la Virgen y Madonna con el Niño. En un podio bajo aparece el epígrafe dedicatorio y dos medias imágenes femeninas, también en relieve, efigiando la justicia y la caridad, además de escudos. Consta que el sepulcro fue encargado por el conde de Tendilla, Iñigo López de Mendoza, hermano del arzobispo, una vez fallecido éste en 1502, y que se ejecutó en Génova entre 1508-1509, asentándose un año después. Destacan en la obra las calidades finísimas del plateresco toscano, que lo han puesto en relación con el mausoleo que Mino da Fiesole ejecuta en el Vaticano para el papa Paulo II, terminado en 1473. La huella artística del sepulcro fue notable en los ambientes local, regional y aún nacional. De 1570 es la decoración escultórica de la puerta que da acceso a la capilla desde la nave del crucero, pieza que, como ya se dijo, responde a un diseño de Riaño de 1533. Las esculturas y los relieves se deben al rejero Juan López, destacando el relieve de la Adoración de los pastores que se dispone sobre la cornisa. El sepulcro del arzobispo Luis de Salcedo y Azcona, ejecutado por Pedro Duque Cornejo en 1734, se dispone sobre el muro Oeste de la capilla imitando el frontero de Diego Hurtado de Mendoza. En la parte escultórica destacamos la figura yacente y la escena de la Asunción que preside el tímpano, además de la Anunciación, Visitación y Entierro de la Virgen, que figuran sobre la estatua del finado. En este conjunto se aprecian con claridad los desperfectos ocasionados por un incendio en 1889.También del mismo artista pero algo más tardías, de hacia 1738, son las esculturas marmóreas que decoran el retablo mayor, donde aparecen, en el primer cuerpo, San Joaquín y Santa Ana, y en el segundo los santos juanes en los laterales y Cristo Salvador en el centro. La arquitectura del retablo fue labrada por Lorenzo Fernández Iglesias. Pintura: La Virgen de la Antigua es pieza anónima de la primera mitad del siglo XIV que responde al estilo italogótico. Tiene claras influencias de la escuela de Toscana, especialmente de Siena, si bien se advierten en la elegancia e inclinación de las figuras resonancias del gótico francés. Su iconografía responde al modelo de Hodegetría (la que muestra el camino), de raíz bizantina. La Virgen presenta el rostro levemente inclinado y sostiene una rosa blanca, mientras el niño sostiene un pájaro en su mano izquierda. Un ángel en la parte superior lleva una cartela donde se lee Ecce Maria venit. La corona se añadió en 1929. No está clara la procedencia de la advocación, aunque es posible que esté vinculada con la villa leonesa de La Antigua. Las pinturas que adornan los muros laterales del recinto se deben al mecenazgo de Luis de Salcedo y fueron ejecutadas por Domingo Martínez y su taller entre 1734 y 1738. En la parte superior se narra la leyenda de la Virgen de la Antigua, aunque por estar colocadas muchas de ellas a gran altura nunca se ha procedido a un estudio exhaustivo de las mismas. Se identifican en esta zona los siguientes temas principales: La aparición de la Virgen de la Antigua a los musulmanes a través de un muro que la ocultaba, Visita nocturna de San Fernando a la Virgen de la Antigua, La traslación de la imagen de la Virgen de la Antigua, El venerable Contreras presentando cautivos redimidos a la Virgen y La caída del muro que ocultaba a la imagen de la Virgen de la Antigua. En un vistazo preliminar se advierte que la calidad de los lienzos es notablemente inferior a otros conjuntos del maestro, en parte porque en 1889 se produjo un incendio que afectó a casi todo el conjunto pictórico, teniendo que realizarse réplicas de varios de los originales perdidos. También vemos en el repertorio temático a San Leandro, San Laureano, San Luis de los Franceses, San Luis de Tolosa, San Luis Gonzaga, San Luis Beltrán, Sor María Jesús de Ágreda, San Carpóforo, San Isidoro, San Diego de Alcalá curando enfermos, Cristo curando al ciego, San Fernando, Santa Florentina, San Hermenegildo, San Abundio y El doctor Duns Escoto. Se completa el amplio catálogo con otros dos lienzos que se guardan en la sacristía de la capilla y que representan un Milagro de la Virgen de la Antigua y un Milagro de san Diego de Alcalá. El pintor Andrés Rubira colaboró con el maestro Martínez en este conjunto. Artes Suntuarias: Conserva esta capilla una excelente colección de piezas de orfebrería que por su extensión y calidad resulta imposible ni siquiera enumerar en este pequeño resumen. Sólo citamos aquí por su singularidad algunas piezas, como la lámpara que pende de la bóveda central, obra de plata donada a la catedral por el comerciante Juan Ochoa en 1672; la baranda de hierro enchapada de plata que separa el presbiterio de la nave de la capilla, estrenada en 1738 y enriquecida por el orfebre Vicente Gargallo en 1788; y, por último, el tabernáculo de plata, jaspe y bronce que preside el altar, también de 1738, con un relieve del paño de la Verónica con el rostro de Cristo, obra supervisada por el maestro platero Juan Bautista Zuloaga. Por lo que respecta a los trabajos de ebanistería destacamos las puertas laterales del presbiterio, obras ejecutadas por el retablista Luis de Vilches en 1738 que dan acceso a la sacristía y archivo la de la derecha, y la de la izquierda a una pequeña alacena destinada a guardar enseres litúrgicos. Son piezas ricamente labradas en madera de ébano con incrustaciones de carey y bronce. Su ejecución hay que situarla en el proyecto decorativo sufragado por el arzobispo don Luis de Salcedo y Azcona, quien, recordemos, había elegido esta capilla como lugar de enterramiento. Mención especial merece la magnífica reja que separa la capilla de la nave de la Concepción, obra realizada entre 1565 y 1601 según diseño del arquitecto Hernán Ruiz II, donde sabemos que trabajaron sucesivamente los rejeros Juan López, Juan Barba y Rodrigo de Segovia, además del también arquitecto Asensio de Maeda y del policromador y dorador Juan de Salcedo. En junio de 1565, y tras varios proyectos fallidos que arrancan a principios del siglo XVI, se firmó contrato con el rejero Juan López, vecino de Granada, para que construyese la reja conforme al modelo de Hernán Ruiz II, el cual guarda relación con el dibujo del folio 113 del manuscrito de arquitectura del maestro cordobés. Pasan unos años, se efectúa el traslado de la pintura de la Virgen de la Antigua a su actual ubicación, y en 1586 encontramos la noticia del asentamiento de los dos cuerpos bajos de la reja. El aspecto de lo construido no debió agradar al Cabildo, que decidió pedir a su maestro mayor Asensio de Maeda una rectificación del diseño. Así se hizo, y en junio de 1591 se ordenó a Juan Barba deshacer algunos elementos y construirlos nuevamente, según las trazas actualizadas. La operación fue rápida y dos años más tarde se labraba el jaspe que había de servir de pedestal al primer cuerpo, el cual fue trasladado desde el taller a la iglesia en mayo del mismo año. Pero la obra fue nuevamente paralizada cuando se labraban los balaustres del tercer cuerpo. Al parecer falleció Juan Barba y se hizo preciso buscar un nuevo maestro rejero, lo cual parece que aún no se había resuelto en 1598, cuando el Cabildo acordaba, una vez más, que se continuase la reja. El artista encargado de completarla fue Rodrigo de Segovia, quien fallecería en 1601, cuando se iniciaban las tareas de dorado y pintura por Juan de Salcedo. Así pues, la construcción de la reja principal de la capilla de la Antigua duró más de setenta años. En la misma capilla hay una reja de menores proporciones, correspondiente a la comunicación de este espacio con el crucero. Es una obra concertada en 1605 por Hernando de Pineda y diseñada por Miguel de Zumárraga, en aquel tiempo aparejador y maestro mayor interino de la catedral.

ALTAR DE LA PIEDAD Cronología: 1515 Autores: Juan Gil de Hontañón DATOS HISTÓRICOS. Situado dentro de un arcosolio gótico, forma parte del muro interior de la puerta de san Cristóbal, también llamada del Príncipe, que comunica el brazo sur del crucero con la calle Fray Ceferino González. El maestro Juan de Hoces trabaja en el crucero desde 1488, si bien será otro arquitecto, Juan Gil de Hontañón, quien culmine los alzados de los frentes sur y norte de esta nave. Todo este sector se integra en el diseño general del nuevo templo gótico trazado por Isambret. PATRONATO. La patrocinadora de esta capilla fue doña Mencía de Salazar, viuda del Jurado Alonso de Medina, a quien el Cabildo cede para su enterramiento la capilla situada a la derecha de la puerta de san Cristóbal el 19 de marzo de 1527, autorizándola a construir un retablo dedicado a la Piedad, a cambio de una renta anual perpetua de 6000 maravedíes. Poco después encargaría las pinturas a Alejo Fernández, quien recibe el 15 de julio de ese mismo año veinte ducados por las tablas que está realizando para la mencionada Mencía de Salazar. DOTACIÓN ARTÍSTICA: Arquitectura: El diseño exterior de la capilla toma como modelo el de las puertas exteriores laterales del muro de los pies del templo (Del Nacimiento y Del Bautismo), proyectadas hacia 1430 por el maestro Carlín, si bien aquellos diseños aquí se enriquecen con las novedades que aportan los grandes maestros del estilo flamígero isabelino como Hanequin de Bruselas o Juan Guas. Retablos y esculturas: La parte arquitectónica del retablo fue realizada por los entalladores Juan López y Hernando Gómez de Orozco, quienes el 27 de noviembre de 1527 cobran el segundo tercio de la hechura del retablo. Esta cronología puede hacer suponer que los trabajos concluirían a mediados de 1528. Pintura: El conjunto pictórico es obra de Alejo Fernández, que lo realiza entre 1527 y 1528. En la tabla central aparece una representación de La Piedad, mientras que en el banco se nos muestra, en la zona central, una notable composición donde se combinan los temas de La flagelación de Cristo y La negación de san Pedro, además de los retratos de los donantes que se disponen en los laterales. Completan la iconografía en los interiores del arcosolio representaciones de San Andrés, San Francisco de Asís, Santiago el mayor y el arcángel San Miguel, dentro de un programa que proyecta el papel intercesor de estos santos para la salvación de las almas. La tabla central muestra el cuerpo muerto de Cristo sostenido por san Juan Evangelista, a quien acompañan la Virgen, María de Salomé, María de Cleofás y la Magdalena. Los santos varones, José de Arimatea y Nicodemo, aparecen en un papel secundario tras haber descendido el cuerpo de la cruz mientras sostienen en sus manos varios atributos de la pasión como la corona de espinas o los clavos. En lo alto de la composición se nos muestra en el centro el monte Calvario y a la derecha a Cristo resucitado bajando al limbo, mientras a la izquierda se distingue la escena del Noli me tangere o aparición a la Magdalena. En este retablo Alejo toma como punto de partida a Schongauer y Durero, cuyos estilos sabe reinterpretar y unificar, haciéndolos suyos. De Schongauer toma el esquema compositivo del Descenso al Limbo que figura al fondo de la escena central y de Durero el de la Aparición de Cristo a la Magdalena de esa misma tabla, derivando también de Durero las figuras del san Francisco de una de las tablas laterales y del sayón vuelto de espaldas de la Negación de san Pedro del banco, inspirado en el verdugo que decapita a santa Catalina en el grabado dureriano de esta temática. Es lógico pensar que, como así ocurre, el monumentalismo solemne de obras anteriores se torne en este retablo en un pluritematismo y un alarde virtuosista de carácter decorativo, como corresponde a un conjunto destinado a ser visto a escasa distancia y casi frontalmente. En contraste con el dramatismo de ascendencia germánica-flamenca de las tablas del frente del retablo, las de los laterales muestran un decorativismo marcadamente italianizante. En los fondos dorados de estos laterales introduce un amplio repertorio de temas ornamentales renacentistas. Siguiendo el mismo criterio en ambas tablas, en la parte superior sitúa uno de esos mascarones-grutescos foliáceos de cuyas bocas parten tallos vegetales, que en este caso continúan hasta formar a ambos lados de los santos dos «candelieri», similares pero no idénticos, del tipo de los difundidos en Sevilla por los grabados de Zoan Andrea. Por último destacamos la habilidad del artista para crear escenografías, evidente en estas pinturas, reflejo, quizás, de las que ejecutó en los arcos triunfales levantados en 1526 con motivo de la entrada en Sevilla del emperador Carlos. Se puede observar claramente una diferencia de calidad entre varias zonas de este conjunto. Angulo señala como en la década de 1520 a 1530 la pintura de Fernández se transforma, decayendo el dibujo y deshaciéndose el modelado. Serrera en cambio advierte que estas variaciones obedecen más a una intensa participación del taller que a una pérdida de capacidad creativa. Valdivieso es de la misma opinión cuando advierte la participación de discípulos en los aspectos secundarios, reservándose el maestro las figuras principales. Señalamos también que, en 1887, con motivo de las obras de la portada de san Cristóbal, se trasladaron las pinturas al palacio Arzobispal, sufriendo seriamente a consecuencia del desmembramiento y posterior ensamblaje. Artes suntuarias: Se cierra la capilla con buena reja de hierro de dos cuerpos y crestería de mediados del siglo XVI, próxima al estilo del maestro Martín de Gaínza.