martes, 7 de marzo de 2023

ESCULTURA EN LA CATEDRAL : ESCULTURA MARIANA ESPAÑOLA 1

 



Virgen de Los Dolores (1680) (Pedro de Mena) 

Virgen de la Anunciación (1637) (Francisco de Ocampo 

Inmaculada "La Cieguecita" (1631) Juan Martínez Montañés 

Virgen de la Anunciación (1594) Anónimo , Alonso Vázquez (Policromía) 

Virgen de la Anunciación (1594) Anónimo , Alonso Vázquez (Policromía) 


Virgen del Facistol (1560) Juan Bautista Vázquez 

Virgen del Facistol (1560) Juan Bautista Vázquez 

Virgen del Facistol (1560) Juan Bautista Vázquez 

Virgen del Pilar (1500) Capilla de los Aragoneses 

Virgen de los Olmos (1400) Capilla de san Antonio 

Réplica de la Virgen de los Olmos (1986) Capilla de san Antonio 

Martes 7-3-23 (VISITA) ESCULTURA CATEDRAL. MARIANA ESPAÑOLA -I / ATRIUM / Guía Emilio Rubio / VIRGEN DE LOS OLMOS (1986)  (Hornacina en la Giralda) [ la de los desayunos en el Cuco, se llama Isabel]  Escuela Nacional , dos periodos, del 1400 al 1650,  otro periodo de 1650 hasta el presente; Emilio pasará un  dossier con las tipologías resumen de iconografías;  VIRGEN DE LOS OLMOS (1400) (Capilla de San Antonio) escuela francesa, parisina, naturaleza,  rostro, ropajes,  pero últimamente vinculado a Burgos,  autores extranjeros de la Catedral de León, pero se realiza en España,  se ubica aquí en este lugar en 1992,  estuvo en una hornacina en el exterior,  en 1791 estuvo en el Corral de los Olmos antes en 1729,  hasta 1791 estuvo en un lateral de la Catedral,  estuvo muy dañada por la intemperie, la retiraron en 1986 se estudia y se hace una ficha para la Magna Hispalense,  tuvo mucha devoción,  estuvo en el Corral de los Olmos (ocupaba desde la fuente hasta la portada del Palacio Arzobispal) hasta el siglo XX todo ese espacio se reorganiza para la exposición del 29,  se oxigena el espacio del ámbito de la Catedral;  había construcciones apoyadas en la Catedral y el Alcázar; la imagen estaba en el dintel del Palacio Arzobispal,  rodeada de exvotos por curaciones y ayudas a la propia ciudad;  aquí en la capilla de San Antonio se le puso un capitel de castañuela  para su exposición ; talla con mucha naturalidad,  impropia a mitad del siglo XV,  imagen mutilada se le cortó la corona para que entrara en una hornacina, estuvo afectada por la iconoclastia de algunos periodos; mantiene una azucena;  protagonista para la Redención,  el cister y la Baja Edad Media,  rasgos primitivos,.  llevados a la Baja Edad Media ; dedos de peine , hay otras figuras como en el Convento del Carmen que son del 1300;  luego es medieval,  es de alabastro,  de sus rasgos a pesar de los naturalismos ; VIRGEN DEL PILAR (1500) Capilla de los Aragoneses  capilla de los Pinelo ( por eso las piñas) origen genovés,  Francisco y su hermano Pedro,  casa de Jerónimo Pinelo,  hay otra casa que es el hotel que impulsó Carlos Herrera;  la Casa de los Pinelo fue una compensación de El Corte Inglés por el derribo del Palacio de los Sánchez Dalp, en la Plaza Nueva;  Francisco Pinelo apoyó a Colón,  amigo del Papa , favoreció el viaje; antes fue la Capilla de los Aragoneses;  talla de Pedro Millán ( existen obras suyas en el Hermitage y en el Albert Museum)  talla de barro,  policromada,  trabaja el barro por su formación en Sevilla,  se inspira en Mercadante de Bretaña, de la escuela borgoñona,  escuela flamenca pura y dura,  tendente al realismo exhala el estilo del norte de Europa,  el barro en Sevilla es abundante y de calidad, por las orillas del Guadalquivir; Pedro Millán es  el que marca los prototipos y el patrón;  es Roque de Valduque marca el modelo,  engancha con Juan Bautista Vázquez pero antes está Pedro Millán , talla desubicada por este altar barroco y vitrina;  grupo de la melancolía de la pasión como adelanto de lo que harían en las escuelas europeas,  Niño Jesús muy interesante por su estilo medio bajo medieval,  por los mechones del pelo rubio, los ojos entornados de la Virgen, estas características las sublima Martínez Montañés ; por policromía dorada con elementos de inspiración vegetal, la virgen sostiene la bola del mundo, símbolo de salvadora del mundo;  Virgen del Pilar para los aragoneses lo importante es el pilar donde se aparece la Virgen al apóstol Santiago,  es de estilo eleoúsa,  acaricia los pies del niño,  mobiliario del Corpus Christi imágenes de Roque Valduque,  periodo de 1500 pero ya Juan Bautista Vázquez hace el retablo mayor de la Cartuja,  nace en un pueblo de Toledo,  pero sus inicios son en Ávila,  ya en Sevilla se encuentra con Morell,  Juan Girálte , Hernán Ruiz II y Juan Marín;  arquitectos, fundidores, pintores,  la segunda mitad del siglo XVI se formó con Berruguete que estuvo en Roma con Miguel Ángel;  en la segunda etapa romana coincide con Juan Bautista Vázquez aparece citado como grabador,  como los grandes del Renacimiento, Durero,  estaba muy bien considerado el artista polifacético que pintara,  esculpiera o grabara el artista del Renacimiento, ya no es gremial,  sino multidisciplinar Juan Bautista Vázquez estuvo en Roma tiene una réplica de la piedad de Miguel Ángel,  Juan Bautista Vázquez hace ; EL FACISTOL Y LA MADONNA DEL FACISTOL 1560  (Coro ) , el primer proyecto es el facistol , el segundo proyecto será el campanario de la Catedral con sus esculturas (bustos) el tercer proyecto es el tenebrario,  este equipo trabaja fuera de la Catedral de Sevilla, para los jesuitas en la iglesia de la Anunciación ; el facistol representa el cuatrivium helenístico: geometría,   matemática,  astronomía y música ; parte baja, zona de metal y taraceas de madera;  el facistol es muy italiano de Jacobo de la Concha y Donatello , perspectiva de la arquitectura,  Juan Bautista Vázquez realiza el diseño del Giraldillo , el equipo realiza el Monumento a la Semana Santa,  la Madonna del facistol es de estilo eloúsa (1560)  muy miguelangelesco, cabezas pequeñitas,  el niño tiene una cruz;  Virgen tiene una manzana , el triunfo sobre el pecado original; el equipo también le trabaja a los jesuitas en la iglesia de la Anunciación,  reclamaron a Juan Bautista Vázquez se hacía una micromagnitud modelo sevillano;  Martínez Montañés bebe de Juan Bautista Vázquez: facistol el templete fue reformado por Aníbal González,  Juan Bautista Vázquez deja la imagen de El Cristo de Burgos;  Juan Bautista Vázquez maestro de Jerónimo Hernández autor de vírgenes como matronas romanas,  modelo de Miguel Ángel,  autor clásico Lisipo;  Jerónimo Hernández junto con otros autores de Ávila monta taller en Sevilla,  influencia de los abulenses;  triada:  facistol,  tenebrario y campanario y el túmulo de Felipe II,  pero ya sin Juan Bautista Vázquez;  niño con postura forzada,  como la sibila de la Capilla Sixtina;  VIRGEN DE LA ASUNCIÓN (1593) (capilla de la Asunción) relieve Virgen de la Asunción,  capilla de la Asunción,  con San Ildefonso,  familia de origen de Alanís;  Francisco de la Puebla,  en el XVII tradición de recoger a los mecenas,  notoriedad por los enterramientos, muy importantes las pinturas de esta capilla Virgen con cabellos rubios,  sin niño cara ladeada,  influencia de Juan Bautista Vázquez,  autor puede ser Gaspar Muñoz Delgado rodeada de letanías lauretanas,  reja original de 1568 capilla de los alabarderos vinculada a las pinturas,  reja original,  idea de Pedro Delgado y realizada por Hernán Ruiz II,  capillas de alabastro de la catedral , con ciertos diseños de Diego de Riaño  modelo de esta reja para la Catedral,  sirvió para los enterramientos privados; VIRGEN LA CIEGUECITA  ( ) Capilla de la Inmaculada;  La Cieguecita,  Capilla de Francisco Gutiérrez Molina jurado, era representante civil de la collación y doña Jerónima Zamudio, su mujer;  los dorados de Francisco Pacheco también hace los dorados a Juan Martínez Montañés estaba delicado por la muerte de Juan de Mesa,  los comitentes le ponen un juicio por no cumplir con el contrato,  tuvo otros pleitos, la abadesa de San Clemente, con mucho poder,  lo excomulgó,  a pesar de llamarlo el “Dios de la madera” pero se disculpa diciendo que esta Virgen será la mejor;  talla de San Juan Bautista y de Gregorio Papa y otras figuras;  dorado por Baltasar Quintero también por Pacheco , la Virgen y sus ropajes fueron enriquecidos en el XVIII; iconografía de la Inmaculada se simplifica con Juan Martínez Montañés,  antes descenso de los cielos muy rodeada de símbolos,  Martínez Montañés quita adornos,  este modelo se impuso para el resto de los tiempos;  1517 voto de la Hermandad del Silencio, con una espada para defender el dogma de la Inmaculada;  imagen tiene aditamentos de cera y escayola,  es curioso que haya llegado a tanta devoción,  a pesar de ser una capilla particular;  tarifas de Martínez Montañés eran muy elevadas,  el equipo era muy competente de doradores y carpinteros; procesión de 1917 con niños disfrazados de los protagonistas de la Inmaculada,  como Manuel Cid o Vázquez de Leca , milagro de Empel se conserva en Zamora,  en 1662 bula para que se pueda rendir culto en los territorios hispánicos y en 1718 se hace extensivo a todo el territorio del mundo;  en la Inmaculada la Virgen tiene 15 años,  en la Asunción tiene bastante más edad modelo muestra vergüenza y está abrumada;  es clave este aspecto;  VIRGEN DE LA ENCARNACION (capilla de Juan Serón Olarte)  jurado,  representante civil de la collación de la Magdalena, caballero 24,  capilla de al lado,  comercio y fundición,  Virgen de la Encarnación aparecen los evangelistas y otros santos como San Antonio,  ropajes y cabelleras,  obra de Francisco de Ocampo uno de los autores con origen en el taller de Martínez Montañés,  Ocampo bebe de Martínez Montañés que es el gran innovador,  Virgen estática rostros anchos , mentones pronunciados,  ojos cerrados entornados,  influencia de Montañés; ángel con él mechón muy característico,  los mechones,  las cejas, la boca pequeña,  son claves de Martínez Montañés,  policromía de Baltasar Quintero característica de Ocampo,  estrabismo de las pupilas,  evolución de la devoción mariana;  Pedro de Mena es una VIRGEN DOLOROSA,  (vitrinas de la exposición de la catedral) polícromo. último representante de las vírgenes gloriosas, imágenes con cara gloriosa y por detrás, se tallaba una Virgen dolorosa, después ya se hicieron distintas; las vírgenes gloriosas y dolorosas por separado;  las vírgenes dolorosas las introdujeron los servitas,  nuevas iconografías marianas la Macarena del XVII y Las Cigarreras del XVII,  más calidad en Las Cigarreras,  iconografía con lágrimas no originales,  rostros muy alargados,  policromías más realismo con Pedro de Mena

 

FICHAS ATRIUM

 

Virgen de Los Olmos. Cronología: H. 1400. Autores: Anónimo. Se encuentra en la capilla de San Antonio, primera del lado del Evangelio comenzando desde los pies del templo. La advocación de la imagen hace referencia al antiguo Corral de los Olmos, recinto frontero a la mezquita-catedral que tenía varios ejemplares de esta especie arbórea en su perímetro, y donde estuvieron instalados, desde mediados del siglo XIV, los cabildos eclesiástico y civil. Dentro del corral la imagen estaba situada sobre la puerta de acceso a la sala de reuniones del cabildo eclesiástico, en cuya fachada había además numerosos exvotos alusivos a los milagros que se atribuían a la intercesión de esta imagen. Según Pablo Espinosa de los Monteros en 1629 fue trasladada a la entrada del corral y, cuando derribaron el recinto en 1791, quedó instalada en el nicho del frente oriental de la Giralda, bajo el primer balcón, donde permaneció hasta 1987. Quizás en uno de estos cambios de emplazamiento, y para acoplarla al hueco arquitectónico, le fue seccionada la parte superior de su corona de piedras talladas. La imagen está esculpida en alabastro, con notable calidad en composición y terminación de detalles. Presenta características propias del estilo gótico internacional, con silueta en forma de rombo, rasgo que la vincula con las obras de influencia francesa, donde predomina la verticalidad y un diseño de paños con amplios plegados. La expresión de la Virgen en relación con el Niño obedece a las tendencias naturalistas de las imágenes realizadas en las escuelas francesas desde mediados del XIV hasta bien avanzado el siglo XV, y si bien la bibliografía tradicional la ha vinculado con algún anónimo escultor de la escuela parisina, en los últimos años varios autores han sugerido que puede tratarse de una obra realizada en los talleres escultóricos activos en las catedrales de León o Burgos, razón que nos mueve a incluirla en el grupo de imágenes marianas de escuela nacional. El Niño, vivo y atrevido, acorta las distancias con su madre agarrándola de la toca con un gesto infantil, de conseguido realismo. La Virgen tiene pómulos y mejillas redondeadas y un característico hoyuelo en el mentón, propio de las obras de transición entre los siglos XIV y XV. En la actualidad cuenta con una réplica realizada en 1987 por el escultor Juan Luis Coto que se ubica en el nicho de la Giralda donde estuvo emplazada desde 1791.

Virgen del Pilar. Cronología: h. 1500. Autores: Pedro Millán. Ubicada en la capilla homónima localizada en la cabecera de la nave del Evangelio, junto al acceso interior de la Giralda, recinto en un principio donado por el cabildo eclesiástico a la comunidad de aragoneses residentes en la ciudad y más tarde adquirido como enterramiento particular de la familia Pinelo, cuyo presencia en Sevilla se documenta desde 1473 en la figura de Francisco Pinelo, comerciante de origen genovés vinculado con la banca y el comercio internacional con países de Europa, África y, a partir de finales del XV, América, amigo del papa Inocencio VIII, también genovés, y de Cristóbal Colón, que ostentó diversos cargos públicos en de la ciudad y llegó a convertirse en uno de los más ricos e influyentes personajes de la Sevilla de fines del XV. Fue la devoción a la Virgen del Pilar una de las características que identificó a los aragoneses residentes en el barrio de la Mar, uno de los sectores de la antigua collación de Santa María o Catedral. La titular de esta advocación, realizada en barro cocido y policromado, presenta unos rasgos que la vinculan a la imagen que recibe culto en Zaragoza, más aquí muestra una composición ligeramente distinta, apoyada en un pilar que justifica su nombre. La Virgen está representada con empaque señorial y un dejo de tristeza en su rostro, que, según Hernández Díaz, corresponde a la variante iconográfica llamada melancolía de la Pasión. En su brazo izquierdo porta al Niño, imagen singular por los llamativos mechones rubios que le caen por la frente, que sostiene la esfera terráquea con la mano izquierda y bendice con la diestra, con carácter deífico. La obra es excepcional desde el punto de vista artístico, destacando el dominio del modelado y la cuidada policromía sobre fondo dorado oscuro, que le aporta una particular elegancia. Está firmada en la peana bajo los quebradizos pliegues por Pedro Millán (Po Milla). Se fija su cronología en 1500, en atención a su naturalismo en ropajes y expresividad. La imagen tuvo notable repercusión en el rango de influencia de la archidiócesis sevillana, motivo por el que se le atribuyen a Millán una larga serie de efigies similares. El autor, de origen incierto, se considera el último eslabón del gótico borgoñón antes de la irrupción del renacimiento en Sevilla. Su formación se vincula a la estancia de Mercadante de Bretaña en Sevilla, con quien presenta claros paralelismos. Su obra, muy estimada por los especialistas, se localiza en museos de Sevilla, San Petersburgo y Londres.

Virgen del Facistol. Cronología: h. 1560 Autores: Juan Bautista Vázquez. Se ubica en el remate del facistol catedralicio, en el centro del coro. Coincidiendo con la inauguración del monumento de la Semana Santa el cabildo decidió hacer un nuevo atril para el coro, en cuyo diseño puso de manifiesto el arquitecto Hernán Ruiz II su originalidad para idear muebles litúrgicos. A Juan Marín se le encargan las decoraciones embutidas en dicho mueble (fundidas en bronce por Bartolomé Morel) y a Vázquez la realización de las figuras que van en el templete que culmina el conjunto, a saber, los cuatro evangelistas, el crucifijo y la Virgen con el Niño que nos ocupa. Esta bellísima imagen, de 35 cm. de altura, está estrechamente ligada a la Virgen de las Fiebres que el propia Vázquez realiza para la parroquia de la Magdalena y a la Virgen de la Piña de la iglesia lebrijana de la Oliva. Hernández Díaz apunta “el bello juego compositivo de la mitad superior de la imagen, que se abre teniendo por extremos las manos de la señora y la cruz que porta el niño, de gran interés en la evolución escultórica sevillana”. Según Alfredo Morales la imagen recuerda en su rostro al Giraldillo, cuyo diseño también puede atribuirse al mismo autor. Las noticias de los libros de fábrica de la catedral referentes a este facistol nos dicen que a Vázquez se le paga por las esculturas, a Marín por los modelos en cera para los relieves de bronce y a Morel por la labor de fundición. Este mismo equipo, más el arquitecto Hernán Ruiz II y el escultor Juan de Giralte, elaboran y ejecutan por estos años los proyectos del campanario de la Giralda y del tenebrario, máximos exponentes del arte renacentista de la segunda mitad del siglo XVI en Sevilla.

Virgen de la Asunción. Cronología: h. 1594. Autores: Anónimo, policromía de Alonso Vázquez. Se encuentra en el altar homónimo, junto a la Puerta de los Palos. Esta capilla es fundada por el jurado Juan Cristóbal de la Puebla y su esposa en 1523 para enteramiento propio y de sus descendientes, si bien las obras de arte que lo adornan son de finales del XVI. Sabemos, gracias a la investigación de López Martínez, que las pinturas se contratan con Alonso Vázquez en 1594. En el centro se dispone un relieve de la Asunción y dos efigies pintadas de San Ildefonso y San Diego de Alcalá. Con respecto a la autoría del relieve se ha venido repitiendo su proximidad a los modelos de Bautista Vázquez, si bien la cronología del contrato no apoya esta teoría, pues Vázquez fallece en 1588. Nos atrevemos aquí a vincularla con la producción de Núñez Delgado, por similitudes con la Inmaculada que este autor realiza para la parroquia sevillana de San Andrés.

Inmaculada. Cronología: 1631. Autores: Juan Martínez Montañés. La iconografía de la Inmaculada en la producción final de Montañés se libera de todos los símbolos propios de esta temática desde tiempos medievales, estando rodeada sólo de ángeles, a veces sobre una media luna y otras aplastando la cabeza de una serpiente como símbolo de la victoria sobre el pecado original. La España mística del XVI ejemplarizó su propia versión, siendo Montañés quien, asumiendo este nuevo concepto, creó los más logrados modelos del asunto. La talla que nos ocupa presenta a la Virgen como una adolescente en actitud de descender del cielo a la tierra. La imagen aparece de pie sobre una base compuesta por tres cabezas de querubines y media luna, ataviada con vestido blanco y manto verde y azul que se decoran mediante rico estofado con incisiones y decoración floral. La cabeza se nos muestra levemente inclinada hacia la derecha y en dirección diagonal respecto al cuerpo. Si nos centramos en el rostro advertimos un leve arqueamiento de las cejas y los labios cerrados esbozando una incipiente sonrisa, características que proporcionan un gesto sereno de acusada influencia clásica. La cabellera, dispuesta en amplios mechones, sirve de enmarcamiento al rostro y cae generosa por la espalda. Las manos, separadas del cuerpo y desplazadas hacia la izquierda, se encuentran en actitud orante, unidas únicamente por las yemas de los dedos. La policromía del conjunto, en tonos mates, fue ejecutada por Francisco Pacheco, si bien en 1779 se enriquece con adornos de rocalla en el manto y la túnica. La obra ha sido restaurada y modificada en varias ocasiones, siendo especialmente agresivas, por una parte, la colocación de una aureola en la parte posterior fijada mediante tornillos, y por otra, la adaptación de una placa metálica fijada a la base para la sujeción de la imagen en las contadas salidas procesionales que ha presidido. También se advierten añadidos de cera en los párpados y las manos para corregir pérdidas de policromía y rellenos de escayola para cerrar aberturas de la madera o reconstruir los pliegues del manto. En cuanto a su historia material es interesante precisar que la imagen responde a un encargo de los patronos de la capilla de la Inmaculada, una de las cuatro denominadas de los alabastros, que rodean el coro por sus frentes norte y sur. Los comitentes, Francisco Gutiérrez de Molina y Gerónima de Zamudio, cuyos retratos pintados por pacheco aparecen en los laterales del banco del retablo, concibieron en principio una capilla dedicada a San Juan Bautista, pero la intensidad del movimiento mariano que por esos años se vivía en Sevilla les movió a modificar el proyecto original. Fue Gerónima quien encarga la obra al escultor en 1928, un año después de la muerte de su esposo. El trabajo no se entregó en su fecha, lo que originó un proceso judicial no resuelto hasta 1631. Las razones que se esgrimen por parte del artista para justificar el retraso hablan de una enfermedad física, si bien otros autores mencionan la severa depresión que sufrió el alcalaíno a consecuencia de la muerte de su discípulo y amigo Juan de Mesa. Desde su estreno la imagen no se ha movido de su ubicación salvo rarísimas excepciones, por ejemplo cuando procesionó en 1917 para conmemorar el III Centenario del voto inmaculadista o más recientemente en la efemérides del nacimiento del artista, exponiéndose en el museo de Bellas Artes. Desde su estreno está unánimemente considerada por la crítica especializada como una de las cimas del arte español de todos los tiempos.

 

Anunciación (Capilla de la Encarnación). Cronología: 1637. Autores: Atribuido a Francisco de Ocampo. Se encuentra en la capilla de la Encarnación, una de las cuatro que integran el conjunto llamado de los alabastros. La identidad de los patronos que dotaron este recinto, el caballero veinticuatro Juan Serón Olarte y su esposa doña Antonia de Verástegui, ha sido siempre conocida gracias a la inscripción que recorre su reja. Fue este ilustre vecino de Sevilla, de origen vasco y avecindado en la collación de la Magdalena, de la que era también Jurado ante el cabildo civil, un destacado comerciante de metales preciosos. El 7 de diciembre de 1635 es cuando el cabildo eclesiástico adjudicó esta capilla por la considerable suma de dos mil ducados de plata. En el concierto se alude al emplazamiento como “la capilla de los alabastros que es del santo cristo de la columna y ahora ha de ser de la Encarnación de Nuestro Señor”. En cuanto a las esculturas del conjunto diversos historiadores destacaron su calidad, singularmente la de sus imágenes principales, trabajadas “con inteligencia del arte” a decir de Ceán Bermúdez. Y también llamaron la atención sobre su carácter montañesino, siendo en ocasiones su imaginería atribuida a la gubia del maestro alcalaíno. Sería el profesor Hernández Díaz quien las vinculara por afinidades estilísticas al quehacer de Francisco de Ocampo. El contrato de estas imágenes, datado el 23 de julio de 1637, permite refrendar dicha autoría, así como acrecentar el relativamente reducido catálogo de obras conservadas y seguras del maestro. Se incluye este conjunto entre sus últimas creaciones, pues fallecería en 1639, poco tiempo después de haberlas ejecutado. Hacía entonces más de cuarenta años que este escultor de origen jiennense había llegado a Sevilla para aprender el oficio junto a su afamado tío, Andrés de Ocampo. Bajo estos condicionantes comenzaría el artista a trabajar en su obrador, teniendo que materializar en la obra que nos ocupa un asunto, el de la Encarnación de Jesucristo, del que no conocemos paralelos en su producción conservada. Para componer la escena resulta evidente que Ocampo se inspiró en la conocida estampa abierta por Cornelis Cort en 1571 sobre la Anunciación con los Profetas que Federico Zuccaro pintó para la iglesia de la Annunziata de Roma. Repiten las esculturas de Ocampo fielmente la disposición y los ademanes de las imágenes del original italiano, siendo más que probable que el grabado de Cort figurase en la extensísima colección de estampas que poseyó su tío Andrés y que heredaría en gran parte Francisco. Con la serena y recogida actitud de la Virgen contrasta la mayor expresividad de San Gabriel en su anuncio del mensaje divino. Sus rostros de clásico perfil resultan de gran belleza y muestran rasgos propios de Ocampo como la anchura facial, de mentón pronunciado, siendo especialmente reveladores sus ojos, de párpados entornados y pupilas que acusan una leve asimetría. Por otra parte, se advierte en ellas claramente el influjo de Montañés en el tratamiento del cabello, denotando igualmente dicha influencia en los ropajes, tallados a base de gruesos pliegues que caen verticalmente. Recoge la Virgen su manto con uno de sus brazos, generando un claro acento diagonal y pliegues de rica plasticidad, que dinamizan su figura y potencian el juego de volúmenes y efectos de claroscuro. Es de resaltar también el hermoso estofado que enriquece las telas de ambas figuras, así como el vistoso cromatismo de las alas del arcángel. De esta labor de policromía y dorado, no sólo del retablo y de sus imágenes, sino también de la reja de la capilla, sabemos que se encargó el notable artista Baltasar Quintero.

Dolorosa. Cronología: h. 1680. Autor: Atribuida a Pedro de Mena. Se encuentra en la capilla de los Dolores, en la nave de la Epístola, espacio que sirve de acceso a la sacristía de los Cálices, dentro de una hornacina cerrada por cristal que preside el banco del retablo principal. La imagen, que no llega a medir un metro, se cree que llega a la catedral mediante donación de la condesa de Valdeinfantes realizada en el siglo XIX. Las características que se aprecian en el rostro y las manos la sitúan como obra cercana a la estética del escultor granadino Pedro de Mena y Medrano, fallecido en 1688. Se trataría, de confirmarse esta autoría, de una obra muy singular dentro de su producción, pues son escasas las imágenes de este artista concebidas para ser vestidas con telas naturales. Pedro de Mena, formado junto a su padre Alonso, se especializó en temas pasionistas e imágenes dolorosas de la Virgen, muy demandadas entonces por las órdenes religiosas. Los rostros de sus imágenes presentan un acusado alargamiento y gran patetismo en su expresión, que se acentúa más si cabe por el realismo de sus excelentes policromías.