martes, 14 de febrero de 2023

ESCULTURA EN LA CATEDRAL : ESCULTURA FUNERARIA 2 (BARROCA Y CONTEMPORANEA)

Retablo Capilla San Pablo (Juan Valdés Leal) 

Laude sepulcral familia Sepúlveda (1655) 

Cardenal Javier Cienfuegos (1881) Manuel Portillo 

Altar Capilla de san Pablo 

Cristo de san Pablo 

Cúpula de la Capilla Real 

Retablo de la Capilla Real 

Sepulcro de Beatriz de Suabia 

Sepulcro de Alfonso X

Pila bautismal Capilla Real 

Sepulcro de Luis de Salcedo (1734) 

Santa Ana 

San Joaquín 

Tumba de Colón (1891) Arturo Mélida 
(Solo una parte de los restos, también hay en La Habana y Sto Domingo 

Cardenal de Luis de la Lastra (1880) Ricardo Bellver 

Sepulcro de Joaquín LLuch (1885) Agapito Vallmitjana

Cardenal Bueno Monreal (2000) Pepe Antonio Márquez 

Cardenal Spinola (1912) Joaquín Bilbao

Martes 14-2-23 (VISITA) ESCULTURA EN LA CATEDRAL FUNERARIA II / ATRIUM / Guía Emilio Rubio / (María Isabel Ramos, me pregunta si me sirvió el plano de la Catedral, le expliqué que había identificado así las capillas, pero que había perdido el plano; me dice que el edificio de la Plaza Nueva era La Equitativa,  pero lo que he averiguado por internet ya me sirve y es que los locales de ese edificio han sido obligados a dejarlos para hacer un apartahotel)  el taller de hoy es del siglo XVII al siglo XX , el primero que vemos es el que del cardenal arzobispo FRAY CARLOS AMIGO (Capilla de san Pablo) (2022) que en el 2022 se celebró una procesión de todo el clero sevillano,  con autoridades,  hasta la Puerta de la Asunción que se abrió como algo excepcional,  era tradición desde el siglo XVIII , que no se usara la cripta , desde de Luis Gómez Salcedo no en la cripta, sino en las capillas,  a partir de esa fecha;  tumba de la LAUDE SEPULCRAL FAMILIA DE GONZALO NUÑEZ DE SEPÚLVEDA , (1655), autores: Juan de Valdés Leal y Juan Donaire; Luis Sepúlveda,  lisboeta,  dona su fortuna para la liturgia y boato de la Inmaculada ,dona su herencia en 1654,  el aparato litúrgico con los seises,  piezas del orfebrería, enseres litúrgicos,  piezas musicales,  dona tanto que la Catedral, sin ser religioso, le cede la bóveda para la familia Sepúlveda,  su esposa Mencía de Andrade contrata con Juan Valdés Leal,  influyó en Leonardo de Figueroa en la ornamentación y diseño ( Leonardo de Figueroa introduce varios colores en los conjuntos funerarios,  Leonardo de Figueroa trabajó en la Magdalena, Venerables, en San Telmo, en San Luis de los Franceses),  beben de estos diseños de Valdés Leal , que aquí aporta;  Sepúlveda incorpora en su escudo cabezas de moros, cimitarras,  es de la época de la Reconquista,  la viuda quiso honrar a su esposo,  vemos la obra de Francisco Dionisio de Ribas y de Martín Moreno, encarga el retablo y la reja cuenta con el Cristo de San Pablo también están las figuras de San Pedro, San Antonio de Padua,  antes el nombre de la capilla era la Capilla de Pura y Limpia Concepción del señor San Pablo,  pintura de los Inocentes,  antes había un cuadro de Murillo,  un Natividad de la Virgen, Inmaculada , la mejor obra religiosa,  mezcla de pintura profana y religiosa,  la Catedral se lo ofreció al mariscal Soult a cambio que no continuará con el expolio;  en 1655 en Sevilla, se sale de un periodo convulso, hubo una peste en 1649,  los comerciantes se trasladaron a Cádiz,  y a partir de 1598 la ciudad la empresa a decaer, en 1655 encuentra la excusa en la Inmaculada estaba el debate entre franciscanos y dominicos, se impulsó el culto,  en 1661 se concede una bula papal para el territorio del imperio y se potencia el culto en la ciudad Sevilla,  cambia la Iglesia medieval de Santa María la Blanca a una iglesia barroca el legado de los Sepúlveda sirvió de elemento impulsor;  CARDENAL JAVIER CIENFUEGOS Y JOVELLANOS  (Capilla de la Concepción Grande) (1881) autor Manuel Portillo,  es una obra del XIX, neogótica,  el periodo romántico trata de recuperar los estilos medievales como elementos identitario,  el sobrino del obispo Argüelles y Jovellanos trabajó como oidor en Sevilla,  el arzobispo Cienfuegos fue polémico por abrazar la causa del absolutismo,  el credo regular (frailes y monjes) que apoyaba la Constitución de 1812 y la otra parte, el clero secular, sacerdotes,  que apoyaba el absolutismo,  provocaron las guerras carlistas muy apoyadas por la Iglesia,  Cienfuegos tiene que abandonar Sevilla en el periodo del Trienio Liberal de 1820 a 1823;  en 1824 es nombrado obispo hasta la regencia de María Cristina,  entonces se tuvo que ir;  Sillas de respeto con anillas para llevar al obispo en procesión, retablo  soporte de telamones del retablo,  con atlantes,  influencia de Pedro Roldán ; SEPULCROS DE ALFONSO X Y BEATRIZ DE SUABIA (Capilla Real de la Virgen de los Reyes)  (1948) sepulcro en arcosolio, estética plateresca, uno de la primera mujer de Fernando III,  Beatriz de Suabia y otros la tumba de Alfonso ,  son obras de 1940 se hacen para celebrar el 700 aniversario de la toma de la ciudad, también de la madre Beatriz de Suabia,  estaban en mal estado, se pensaron reconstruir pero hicieron nuevas, los restos estaban en unas urnas de plomo,  estaban cambiadas,  detalles de decoraciones del mármol son de 1700 de Leonardo de Figueroa ya no es solo un color de mármol, la composición entre las dos tumbas es muy parecida,  cambia el libro de Alfonso X por Las Cantigas y Beatriz de Suabia tiene un Libro de Horas,  más pequeño,  los dos miran a la Virgen de los Reyes,  lo que contiene es real,  del XIX,  lo externo y el remate de abajo es del XVII, el autor de la tumba de Alfonso X es  Antonio Cano Correa  y Juan Luis Vasallo es el autor de la obra de Beatriz de Suabia (  también colaboró en la capilla de los Maestrantes)  es ya un lenguaje barroco,  la tumba de San Fernando está en hebreo y en la tumba figura el año 5300 ; TUMBA DE LUIS DE SALCEDO Y AZCONA (en la capilla de la Antigua)  (1734) la tumba es del XVIII, hubo un incendio que afectó a esta tumba,  tiene novedades con respecto a la de enfrente que es del siglo XVI,  los relieves son rayos ascendentes,  el tímpano de la ascensión,  abajo los apóstoles la resurrección es la dormición de la Virgen , es la iconografía acorde con la tumba,  hornacinas acordes con una tumba, hornacinas aveneradas (por veneras o conchas) , la de la derecha están más deterioradas,  la presión de los flamencos para traer actividad económica,  como la fábrica de tabacos y favorece el clero secular;  Luisa La Roldana la mejor escultora del siglo,  el sobrino Pedro duque Cornejo (desarrollaba tanto orfebrería, como escultura como pintura),   don Luis de Salcedo encarga a Pedro Duque Cornejo y a Domingo Martínez (el taller continúa durante otro siglo con grandes artistas)  esculturas de San Joaquín y Santa Ana,  Luis Salcedo reforma la capilla,  aportó un relicario,  el retablo, una reja de plata, unas puertas de carey,  Luis Salcedo y Pedro Duque Cornejo colaboraron en el Palacio Arzobispal de Umbrete, inventan el veraneo en el Aljarafe , retablo mayor es de Pedro Duque Cornejo también hizo retablo de la Iglesia de las Angustias, en San Juan de Dios, en la sacristía mayor de la Cartuja de Granada,  el coro de la Catedral de Córdoba,  es el mejor estilo barroco del mundo,  la del coro de la Catedral de Córdoba con 107 sitiales de distintos y algunos están solo los bocetos;  Luis Salcedo y Pedro duque Cornejo generaron un inicio del estilo barroco;  TUMBA DE COLÓN (Transepto de la nave de la epístola) (1891)  finales del XIX, Arturo Mélida , José Ramón Mélida fue hermano inventó la arqueología moderna Enrique Mélida fue pintor; Arturo fue más arquitecto que escultor,  los restos de Colón se traslada en 1506, a la capilla de Santa Ana de la Cartuja, en 1544 se trasladan a la catedral de Santo Domingo,  la familia tiene problemas de mantener privilegios,  en 1795 se traslada a La Habana,  en 1901 se traslada a Sevilla,  en 1898 se desmontó en La Habana y se hace un recibimiento en Cádiz,  es una de las grandes atracciones de la Catedral;  Américo Vespucio en 1507,  viaja a Sevilla,  sustituye a Juan Díaz de Solís como piloto mayor,  el nombre de América viene en un mapa alemán y ya se queda;  los heraldos representan a los cuatro reinos de Aragón,  Castilla, Navarra y León,  son personajes de bronce con manos y caras en alabastro y decorados es de estilo criselefantino mezcla de marfil y cristal otros elementos,  se dudaba de la autenticidad de los restos de Colón, la Catedral encargó una prueba ADN  con respecto a su hijo Hernando Colón,  tuvo problemas con la justicia por querer ser el que controlaba todo, como virrey,  pero los Reyes Católicos le quitaron los privilegios,  Diego será el seguidor como piloto mayor y virrey,  aquí solo queda 1/3 de los restos de Colón, Mélida se inspira en Klaus Leguster, el maestro de Lorenzo Mercadante de Bretaña;  Mélida toma la composición de Klaus Leguster que tiene otras representaciones con procesiones de porteadores;  en el XIX se bebía de estas fuentes;  el mobiliario histórico con bancos del Corpus Christi y carpintería de blanco en los artesonados y el retablos y bancaleros los que hacían los asientos y tapicerías, antes estaban en lo que ahora es la calle González Cuadrado;  SEPULCRO DE DON LUIS DE LA LASTRA Y CUESTA ( en la capilla de Santa Ana ) (1880) es una obra de Ricardo Bellver de 1891 el conjunto escultórico de la Puerta de la Asunción señores de la casa Galindo,  ahora tienda Búcaro;  Casa y Cuesta y la familia Cubas nombrado cardenal no pudo tomar posesión,  los sucesores encargan la tumba,  la capa pluvial textura de la tela,  tumba de 20 años después de morir,  como Marcelo Spinola en San Lorenzo,  en la parte baja mármol grisáceo y parte alta es mármol blanco los Condes de la Lastra y Marqueses de Comillas,  financiaron varias campañas del Pacífico (en Chile y Callao)  y después en Filipinas;  el Ángel Caído en el Retiro entra en el periodo del realismo,  ya no hay idealización hace un monumento sincero y no idealizado,  las figuras de las esquinas son muy buenas,  las tumbas se ponen de moda entre las clases pudientes,  Mariano Bellver tiene en el Museo una sala dedicada a su tío;  OBISPO JOAQUÍN LLUCH Y GARRIGA (capilla de San Laureano) (1882)  tumba del obispo y cardenal, en Cataluña hizo muchas fundaciones,  fue designado obispo arzobispo de Sevilla y cardenal, pero no pudo ejercer como tal;  el Cardenal Bueno Monreal en Sevilla sí que pudo ejercer como cardenal;  en Toledo ese nombramiento es automático,  en Sevilla y Santiago de Compostela se hacen según otros factores,  a partir de la restauración borbónica se hacen estos túmulos funerarios;  en este caso el autor es Agapito balbisiana curioso lenguaje con elementos arquitectónicos sustituyendo los elementos realistas frontones curvos medias atril sobrepelliz labrado impostas o molduras Agapito Vallmitjana equivale a Antonio Susillo de Sevilla;  CARDENAL JOSÉ MARÍA BUENO MONREAL  (capilla de San José)  en 1995 tumba y la cripta debajo,  autor José Antonio Márquez  (nuestro Pepe Antonio Márquez)  especialista en relieves en bronce,  estaba a la última de las técnicas,  hizo el Giraldillo lo tuvo que abrir la figura para conocer cómo hacer la réplica; es un estandarte de la cultura José María Bueno Monreal era aragonés, se las “tenía tiesas con Franco” estudió en Roma,  en la Universidad Gregoriana, fiscal de la diócesis de Madrid y de la Conferencia Episcopal muy vinculado a las reivindicaciones obreras,  ayudó en varios convenios,  colectivos en el año 1954,  Franco no sabía qué hacer con el cardenal Pedro Segura se quitaba de en medio cuando llegaba Franco,  le obsesionaba con lo que le iban a envenenar en Sevilla, solo comía la comida de Avelino de Heliopolis;  José María Bueno Monreal fue obispo a los 41 años,  cardenal durante 30 años,  participó en los cónclaves de varios papas,  como Pablo VI,  José María Bueno Monreal aceptó encierros de sindicalistas;  CARDENAL SPINOLA (capilla de los Dolores)  (1912) de Joaquín Bilbao de 1912,  queda ensombrecido por su hermano,  Gonzalo Bilbao muy cotizado en la Europa de su tiempo,  los dos estudian derecho por obligación paterna,  pero después se dedican al arte;  Marcelo Spinola procede de la nobleza,  padre capitán general de la Armada,  cardenal estudia derecho,  ejerce en algunas ciudades,  pero en 1891 se incorpora la iglesia,  párroco de San Lorenzo,  fundador de o impulsor de las esclavas del Sagrado Corazón de Jesús con la viuda de las esclavas de María; crearon muchos colegios en Sudamérica,  Japón;  la tumba es de arcosolio con bajorrelieves de la Inmaculada,  muy suave, muy tenue,  la cofradía del Valle tiene tres pasos , pues el paso de en medio La Coronación tiene imágenes deformes y muy impactantes que son de Joaquín Bilbao

 

FICHAS DE ATRIUM

 

Laude sepulcral de la familia Sepúlveda. Cronología: 1655. Autores: Juan de Valdés Leal y Juan Donaire. Se encuentra en la capilla de la Concepción Grande. Gonzalo Núñez de Sepúlveda, natural de Lisboa y caballero veinticuatro de la ciudad, por merced de la generosa donación que realiza con motivo de la octava de la Inmaculada, de la que era fiel devoto, se convierte en el patrón de esta capilla y en su gran benefactor. En palabras de Ortiz de Zúñiga se trata de “una de las más insignes dotaciones particulares que tiene España”. Aunque la octava ya se celebra desde 1578, la dotación de Núñez de Sepúlveda fue decisiva para su perpetuación y solemnidad. Don Gonzalo adquiere en propiedad una bóveda sepulcral en la entonces conocida como capilla de San Pablo para su entierro y el de sus descendientes, con derecho a poner sus armas y nombre donde estimasen. El nuevo patrono puso como condición que el recinto pasara a denominarse capilla de la Limpia y Pura Concepción de Nuestra Señora y Señor Pablo. Al año siguiente, el 25 de noviembre de 1655 era sepultado el caballero en la cripta de su capilla. En reconocimiento a la distinción que el cabildo había otorgado a su marido, su viuda, Mencía de Andrade, y sus albaceas, Andrés de Arriola, comprador de oro y plata, e Isidro Blázquez, se encargaron del conveniente adorno y aderezo de la capilla. Así, se dispusieron sus armas, blasones y letras según un diseño de Juan de Valdés Leal ejecutado por el maestro Juan Donaire, que se ocupó de la obra de cantería. Igualmente patrocinaron el imponente retablo que preside la estancia, obra del arquitecto Martín Moreno y del escultor Alfonso Martínez y la construcción de una nueva reja, vidrieras, alfombras y piezas de orfebrería. En 1660 la capilla quedaría enriquecida con el lienzo encargado por los albaceas del capitán Sepúlveda al pintor Bartolomé Esteban Murillo con el tema de la Natividad de la Virgen. La obra fue expoliada por el mariscal Soult en 1810 y actualmente se encuentra en el museo del Louvre de Paris, siendo unánimemente reconocida como una de las más destacadas del artista.

Sepulcro del arzobispo don Luis de Salcedo y Azcona. Cronología: 1734. Autores: Pedro Duque Cornejo. Situado en el paramento de la Epístola de la capilla de la Virgen de la Antigua. La tradición de los prelados sevillanos de ser enterrados en el panteón de la iglesia parroquial del Sagrario se interrumpe en los albores del siglo XVIII, ya que a partir de ahora los arzobispos preferirán ubicar sus sepulturas en distintas capillas del templo. Este es el caso de don Luis de Salcedo y Azcona, que ocupa la mitra hispalense entre los años 1723 y 1741. Don Luis desempeñó además un importante papel como mecenas de las artes, encomendando muchas obras catedralicias al escultor Duque Cornejo y al pintor Domingo Martínez. Para la capilla que nos ocupa encarga la realización del retablo, el sepulcro que había de acoger sus restos y un importante número de pinturas, además de la reja de plata que cierra el presbiterio, el mobiliario (donde destacan los bancos y las puertas de carey de la sacristía) el sagrario y otras piezas de platería. El sepulcro, al igual que el retablo, es encargado al escultor Pedro Duque Cornejo y Roldán en 1734, tomando como modelo el del cardenal Hurtado de Mendoza, realizado a partir de 1502 por Doménico Fancelli y ubicado en esta misma capilla. Se configura mediante un gran arco de medio punto, según la fórmula de los sepulcros parietales utilizados frecuentemente en el Renacimiento. La parte escultórica se constituye por la figura yacente del prelado, revestido con ornamentos pontificales; seis imágenes de santos situadas entre las columnas y las jambas; las historias de la Asunción (en el tímpano) y Anunciación, Visitación y Entierro de la Virgen (sobre la figura yacente), más toda la ornamentación que campea en fustes columnarios, arquivoltas, enjutas y cresterías, tratando de coordinar con el modelo de Fancelli. Es obra en conjunto de mediana calidad, si bien los relieves de tema mariano son finos y bien tratados; las figuras de las hornacinas laterales están inspiradas en obras similares de las capilla de los alabastros del mismo templo, aunque quedan muy lejos de la calidad de aquellas; destacan por su mayor finura las de San Juan Evangelista y Santiago el Menor; otras no son identificables por la erosión o ausencia de símbolos parlantes. La estructura se encuentra dañada por un incendio acaecido en la capilla en 1889.

Sepulcro del cardenal don Luis de la Lastra. Cronología: 1880. Autores: Ricardo Bellver. Se halla en la Capilla de Santa Ana. El Sepulcro es de estilo neoplateresco, realizado en Roma en 1880, en mármol de Carrara. Fue un encargo de Juan José y Ramón de la Lastra y Cuesta, hermanos del cardenal y de un sobrino, el Conde de la Lastra y Cuesta. Representa al prelado arrodillado y con las manos en posición orante. La complexión gruesa del personaje, la edad representada (unos sesenta años), los atributos propios del cargo que se transforman en relieves y bordados finamente tallados y la riqueza de los ropajes que viste, con sus pliegues envueltos o marcados según cada caso, permiten a Bellver recrearse en los pormenores y las diferentes calidades de las prendas, hasta casi plasmar los reflejos de la tela. Completa la composición una guirnalda con volutas en sus extremos, todo ello tratado con sencillez de línea, concediendo importancia al claroscuro, para contrarrestar los efectos de distancia que separa la obra del espectador. El monumento se complementa con un pedestal de mármol gris con bajorrelieves y dos figuras de ángeles tratadas con enorme dulzura y gesto triste, que parecen custodiar el cuerpo. Sin duda es una de las más bellas obras que nos ha legado Bellver y su estado de conservación es excelente. Es de destacar su adecuación al medio, entonando en el ambiente catedralicio.

Sepulcro del cardenal don Javier Cienfuegos. Cronología: 1881. Autores: Manuel Portillo. Se halla en la capilla de la Concepción Grande. Este asturiano, sobrino de Jovellanos, llegó a la sede hispalense en 1824 en recompensa a su actitud conservadora durante el Trienio Liberal, pasando a convertirse en cardenal en 1826. Su apoyo a la corona es reconocido por Fernando VII con el cargo de Consejero de Estado y la distinción de la Orden de Carlos III. Tras la muerte del monarca fue desterrado a Alicante, donde murió en 1847. En 1867 los restos mortales son trasladados a Sevilla, siendo enterrados en el panteón arzobispal. En 1879, los albaceas de Cienfuegos encargan al arquitecto Manuel Portillo el proyecto del sepulcro, que terminó de colocarse en 1881. El conjunto se articula como un sepulcro parietal, cobijado por un hueco existente en el muro. Está constituido por un gran basamento sobre el que se alza el túmulo con la escultura yacente, revestido de pontifical, descansando sus pies y cabeza sobre cojines. En el frente del túmulo y en sendas capillas, apreciamos las figuras escultóricas de la Fe, Esperanza y Caridad, y ángeles en las esquinas. El diseño es de Manuel Portillo, arquitecto provincial tras la muerte de Balbino Marrón (suya es la reforma neogótica de la fachada de Madre de Dios) y la talla de Rafael Barrado, especializado marmolista de la Sevilla de la época.

Sepulcro de Cristóbal Colón. Cronología: 1891. Autores: Arturo Mélida. Situado en el transepto del lado de la Epístola, inmediato a la puerta de San Cristóbal o del Príncipe. Sobre un podio se alzan cuatro grandes heraldos de bronce policromado, con rostros de alabastro, representando a Castilla, León, Navarra y Aragón, que portan el féretro con los restos del almirante. Es obra de Arturo Mérida y Alinari, quien lo diseñó en 1891 con destino a la catedral de la Habana; fue traído a Sevilla siete años después, instalándose en la capilla de la Virgen de la Antigua. Se ubicó en el transepto en 1902. Es de estilo romántico, con evidente inspiración en el gótico borgoñón. Dado que el mausoleo fue costeado por el municipio, se hizo grabar en el compartimento central del frente el NO&DO con la firma del autor, Arturo Mélida, y las fechas 1891-1902. Los restos mortales del descubridor fueron llevados desde Valladolid, lugar de su inesperado fallecimiento (mayo de 1506), hasta el monasterio de la Cartuja de Sevilla, en donde fueron depositados el 11 de abril de 1509. Sería doña María de Toledo, viuda de Diego Colón, quien en 1544 dispuso el traslado de los restos de su suegro a la Isla de Santo Domingo, concretamente a la capilla mayor de su iglesia catedral. Las adversas circunstancias por las que atravesaba en aquellos momentos la familia Colón en la isla obligaron a que esta inhumación se realizase de forma privada, casi en secreto, añadiendo mayor misterio aún al traslado del cuerpo, cuya autenticidad se ha venido cuestionando desde entonces. A fines del siglo XVIII estalló una guerra abierta entre España y la República Francesa, siendo la isla de Santo Domingo uno de los escenarios del conflicto. El mismo arzobispo de Santo Domingo, fray Fernando Portillo, quien venía ocupándose de adecentar la tumba de Colón, que había permanecido en un total descuido desde 1664, fue el encargado de promover la exhumación de sus cenizas para proceder a su traslado a la catedral de La Habana, realizado con toda clase de cautelas los días 20 y 21 de diciembre de 1795. Un siglo después, esta posesión española, la isla de Cuba, se pierde en manos de otra potencia enemiga, los Estados Unidos, y es entonces cuando las autoridades españolas deciden el traslado de nuevo a Sevilla, cerrando así, de manera definitiva, el intenso peregrinar de los restos de Colón. El 16 de enero de 1899, el comandante del navío Giralda recibió en Cádiz los restos del famoso marino, con la orden de conducirlos río arriba hasta la capital hispalense, en cuya catedral deben recibir sepultura por deseo expreso del duque de Veragua, descendiente del descubridor. Recientemente se han realizado análisis de ADN de los restos del almirante para compararlos con los de su hijo Hernando, enterrado en el trascoro de la catedral. La coincidencia total ha determinado la autenticidad de ambas tumbas.

 

Sepulcro del cardenal don Joaquín Lluch. Cronología: 1885. Autores: Agapito Vallmitjana. Se halla en la capilla de San Laureano, a los pies de la nave de la Epístola. Don Joaquín Lluch y Garriga regentó la cátedra de teología moral en el seminario de Barcelona y su inquietud por los temas sociales le llevó a fundar la Asociación de Caridad Cristiana. En 1854, con motivo de la peste declarada en la ciudad condal, se distinguió por su heroico servicio al frente del hospital de Santa Cruz. En 1877 fue nombrado arzobispo de Sevilla. Mientras gobernaba esta sede fue elevado a cardenal, si bien no pudo recibir el capelo pues le sorprendió la muerte el 23 de septiembre de 1882. El sepulcro fue encargado al escultor catalán Agapito Vallmitjana, discípulo de Damián Campeny. La obra de Agapito se distinguió por su especialización en monumentos y esculturas de carácter funerario. Aparece representada la figura del prelado revestido con capisayos episcopales y con los brazos cruzados ante el pecho, genuflexo ante el reclinatorio y en profunda oración. En la parte baja se dispone un podio enriquecido por escudos y angelitos en los ángulos.

Sepulcro del cardenal don Marcelo Spínola. Cronología: 1912-14. Autores: Joaquín Bilbao. Se encuentra en la capilla de los Dolores. Don Marcelo renunció al marquesado de Spínola y a continuar la carrera de armas de su padre, Jefe de la Real Armada, priorizando su vocación religiosa. El 3 de Julio de 1864 cantó su primera misa en Sevilla como clérigo secular. Sería nombrado en 1871 párroco de San Lorenzo, donde emprendió varias restauraciones, labor que compaginó con la fundación de varios asilos y escuelas infantiles. En 1884 fue nombrado obispo de Coria, en 1886 de Málaga y en 1896 de Sevilla. Muere en 1906 de una hernia, siendo sepultado en un primer momento en la cripta del Sagrario con honores de Capitán General. Spinola fue beatificado por Juan Pablo II en 1987. Sería el escultor Joaquín Bilbao el encargado de realizar en 1912 su sepulcro, donde aparece revestido con capisayos episcopales, arrodillado ante el reclinatorio, en actitud oracional. Destaca la figura sobre un fondo que remata en arco de medio punto, donde se inscribe en bajo relieve la imagen de la Purísima. En este relieve aparece la firma del autor de todo el conjunto.

 

Sepulcros de Alfonso X y Beatriz de Suabia. Cronología: 1948. Autores: Antonio Cano Correa, Carmen Jiménez y Juan Luis Vasallo. Se hallan en los muros laterales de la capilla Real, situados en grandes hornacinas renacentistas. En 1947, un año antes de la celebración del VII Centenario de la conquista de la ciudad por el rey San Fernando, el canónigo Sebastián y Bandarán informa a los poderes públicos de la necesidad urgente de reparación de las tumbas de doña Beatriz y su hijo Alfonso X. Dos meses tardó el gobierno en responder a la urgencia pero, solícitos, acordaron financiar las obras de reparación y la construcción de las nuevas tumbas. Previa a la realización de los sepulcros se llevaron a cabo las exhumaciones de madre e hijo, descubriendo el comité de expertos presente que ambos estaban cambiados de sitio con respecto a sus ubicaciones originales. Los escultores Antonio Cano y su esposa Carmen Jiménez, así como el gaditano Juan Luis Vasallo, fueron los elegidos para acometer la hechura de las efigies regias labradas en piedra (los primeros del rey y Vasallo de la reina), financiadas por el ministerio de Educación Nacional. La representación del monarca Alfonso X pretendía responder a una fórmula tradicional al aparecer arrodillado, contemplando a la Virgen en un momento en el que interrumpe la redacción de sus famosas Cantigas, cuyo códice aparece abierto en el faldistorio delante de él. El sepulcro de la reina Beatriz debía ser análogo al anterior pero con las armas de Suabia en el arca. Ambos orantes tienen medidas algo mayores que el natural y poseen mascarillas y manos de alabastro, adecuándose perfectamente a la estética plateresca de la capilla.

Sepulcro del cardenal Bueno Monreal. Cronología: 1995. Autores: José Antonio Márquez. Se encuentra en la capilla de San José, en la nave de la Epístola. José María Bueno Monreal fue un prelado aragonés que llega a Sevilla en 1954 como coadjutor del cardenal Segura y, tras la muerte de éste en 1957, se convertirá en arzobispo de la archidiócesis. Su labor en Sevilla le mereció varias distinciones, tales como la medalla de oro de la ciudad, el doctorado Honoris Causa por la universidad hispalense, o la gran Cruz de Isabel la Católica en 1960. Bueno Monreal siempre estuvo muy involucrado en la protección de los vulnerables, llegando a acoger a miembros del sindicato obrero en el palacio arzobispal. El 4 de febrero de 1982, estando en Roma, le sobrevino una trombosis cerebral que le privó del habla y de la movilidad de medio cuerpo. Con setenta y cinco, en septiembre de 1979, escribió su carta de renuncia a la sede hispalense. En mayo de 1982 fue nominado arzobispo don Carlos Amigo Vallejo, quedando Bueno Monreal como emérito hasta su muerte en Pamplona el 20 de agosto de 1987.