Plano de la Capilla del Mariscal
Altar de Santa Justa y Rufina (izqda) Capilla del Mariscal (dcha)
Retablo de Pedro de Campaña
Purificación de la Virgen ( Pedro de Campaña) 1555
San Ildefonso ( Pedro de Campaña)
Retrato de las mujeres de la familia Caballero
(VISITA) CAPILLAS DE LA CATEDRAL:
CAPILLA DEL MARISCAL Y ALTAR DE JUSTA Y RUFINA, el altar de los Becker, es un nicho rehundido , familia Becquer del
condado de Cleves, tuvieron este
patronato desde finales del XVI hasta el
XIX ; capilla de Diego Alonso Caballero, ahora espacio de tránsito para la Contaduría Mayor,
la puerta obligó a cambiar el retablo, se cambió en 1555 y en 1581 nuevo cambio por
el Ante Cabildo, capilla muy bien dotada,
capilla dotada desde 1553, empezó en
1541 pero era un familia de judíos conversos y tenían que demostrar la limpieza
de sangre, era Contador de Sevilla; la REJA es
de Martín de Gaínza y el rejero Pedro Delgado, reja renacentista; el entierro de Cristo inspira la reja
del Retablo Mayor de la Catedral; familia
caballero tuvo pleitos por estos traslados del retablo, pero al ser conversos la Catedral se sentía
fuerte, este es el muro de la quibla, aquí
estaban los entierros de los principales de la ciudad, con la mezquita
cristianizada, se enterraron aquí y con
la capilla gótica se mantienen arcosolio y cornisa, son de mitad del XVI de Juan de Hontañón
continuó hasta 1525, tenía muchos
encargos como la Catedral de Salamanca, pero aquí era Maestro Mayor, siempre estaba reclamado por el Cabildo de la
Catedral de Sevilla; en el altar de
Santa Justa y Rufina, en los pináculos arco conopial rematados de crochéts de
cardina; adorno de las capillas recuerda
al manuelino portugués, modas
decorativas renacentistas combinan bien con la propuesta gótica estos son los
últimas capillas en cubrirse; cuando se termina el muro de Levante se empiezan
las dependencias anexas: Contaduría
Mayor aquí se manejan las riquezas de esta Catedral; BARANDA de
la capilla; REJA de la capilla los caballeros, autor Baltasar Morel hizo campanas y cañones
el Giraldillo y otras piezas; Diego y
Alonso Caballero y sus descendientes; Diego Caballero tenía licencia para
comerciar con América, su hijo Diego Caballero de la Rosa, padre e hijo estuvieron
y investigados por la Inquisición por la limpieza de sangre, pensaban que eran
falsos cristianos, se podía negociar con
la Inquisición, los judíos compraban los
cargos públicos, los conversos tenían
muchos puntos a favor porque los cristianos habían tenido la restricción de la prohibición
de la usura; Carlos V vende 3 de las 24 venticuatrías
(concejalías) de Sevilla por 1 millón de maravedíes cada una , las 24 concejalías suponía el ser
nombrado caballero, los pecheros pagaban
impuestos, tenían que pagar la “blanca
de la carne” , los hidalgos no pagaban impuestos, Diego Caballero compra venticuatría, en época
de Carlos V llegaron a ser 50, porque
servían para financiar la monarquía; Diego
Caballero lo consigue pero un grupo de opositores a su poder y posición, le
hacen la vida imposible, la familia
Caballero eran portugueses González de Meneses y en el siglo XIV cambian
de apellido Diego Caballero aparece en América en 1506, de la mano de
los Grimaldi, con el comercio de la
cochinilla grana, trae oro, plata y
perlas, las trae de la isla de Guaragua,
en el siglo XVI aparece cómo cultivador de perlas (la
consideración de esclavo y no tener alma dependía si en la tribu había la
costumbre de taparse las partes pudendas, se consideraba que tenían alma o no en función
de esta circunstancia) ; en 1540 Cristóbal
Caballero de la Rosa era el mayor esclavista del sur de Europa; Cristóbal Caballero de la Rosa se casa
con una hija del comendador Cabrera, estaban enfrentados a la facción de los Guzmanes,
estos tenían hasta 6 de las 24 concejalías,
con frecuencia eran también alguaciles. Diego Caballero tenía puestos de
tierra firme (instalaciones portuarias) en Venezuela y en muchos
puertos de América y de Europa, comercia
con la conserva del atún en aceite y sal, compró tierras en el Aljarafe, daba mucho
prestigio las propiedades del Aljarafe, buscando estar en la cúspide de la alta
sociedad, pero el comercio estaba
considerado vil ; la familia en el RETABLO de
1555 familia de Diego Caballero pintado por Pedro de Campaña, las pinturas del retablo son de Pedro de Campaña
el pintor había estado en Bolonia, coincidió con el emperador Carlos , pasó a Venecia y después a Roma, aunque algunos de los cuadros se piensa que
son del taller de Pedro de Campaña; le
influyeron De Valga y Salviati para el manierismo; SACRISTÍA disimulada
con esta tribuna; los remates del
retablo de San Pedro y San Pablo; columnas
con toques coloniales, el Renacimiento se
inicia muy recargado y después muy limpio, lo que es el manierismo; REJA de Pedro Gaínza y Pedro Delgado VIDRIERA de Arnau de Flandes, continúa el programa iconográfico establecido
en la Catedral, usa y abusa del amarillo
de plata; la BARANDA es de 1571; SUELO era de cerámica vidriada (se ven restos
en la escalera que baja a la sacristía) , los FRESCOS
de 1561 son tapados por por el traslado del retablo ; Pedro de Campaña
va a Bruselas, trabaja para la fábrica de tapices, aquí en Sevilla fue repudiado (envidiado) a
pesar de realizar obras muy importantes en 1561 se va también coincide con la
llegada de Luis de Vargas RETABLO zona
central, Purificación de la Virgen , la familia Caballero presta dinero
a Carlos V, 60.000 ducados, la familia
tenía en La Española su sede; en el retablo aparecen las dos familias, hombres a un lado y al otro, las mujeres; Imposición de la casulla de San Ildefonso
, Santiago con caballo en corveta (gusto italiano), el cuadro de la Purificación es un soporte de madera
con tablas horizontales (lo normal eran verticales), aquí en Sevilla hay dos talleres de
restauración de bastante importancia , el Instituto andaluz de patrimonio
histórico (IAPH) y el de Bellas Artes, pero finalmente se realizó la restauración en
el taller del Museo del Prado de Madrid, el pordioser de primer plano tiene
traza miguelangelesca, son varias diagonales: del niño que ofrece una manzana al mendigo y
de las mujeres que están atentas a la escena; Cristóbal Caballero de la Rosa pagó 300
ducados por los retratos y 300 ducados por el retablo; ALTAR DE LAS SANTAS JUSTA Y RUFINA , la
familia Bécquer de origen flamenco, obtienen licencia de comercio con América, en el XIX declive de la familia por pleitos de mayorazgo,
los Enriques de Ribera y Diego
Caballero , son dos familias que tuvieron dos mayorazgos, Bécquer tuvo pleitos y en 1845 la familia
tenía una situación delicada, en el XVII
aquí estaba la 9º generación y la del
poeta en el XIX es ya la 16º generación, los Bécquer consiguen el patronato de la
capilla desde 1622 y en 1637 consiguen
un mayorazgo, figuran en la capilla los
dos Santiagos en el XIX pierden el patronazgo, se adscribe la capilla a
Santa Justa y Rufina, las imágenes se
traen desde El Salvador, se le encarga a
Pedro Duque Cornejo , la CENA DE EMAÚS de Francesco Mura con rompimiento de
gloria y perro atento al espectador, el
canónigo Cristóbal Nemesio encarga a Pedro Duque Cornejo dos
imágenes de las santas Justa y Rufina, en 1728 hace un proceso de decoración de la
colegial del Salvador, se encarga este
retablo a Pedro Duque Cornejo, es el “Decenio Magistral”; también hizo obras para la Cartuja de El Paular,
(me entero dónde estaban los frescos de Luis
de Vargas de la Giralda) Santa Justa
y Rufina martirizadas llevadas a Sierra Morena y de vuelta ; capilla rehundida
en el muro,
FICHAS ATRIUM
CAPILLA
DEL MARISCAL Cronología: 1476-1496 Autores: Juan de Hoces DATOS HISTÓRICOS. La capilla se edifica
durante las últimas décadas del siglo XV dentro del plan general del templo
trazado por Isambret, siendo en un principio empleada como librería coral. En
1553 se concede en patronato a la familia Caballero que construye cripta y
retablo dedicado a la Purificación, inaugurado en 1555. En 1558 se aprueban las
obras de la sala capitular y contaduría, que obligan al traslado del retablo
desde el muro de levante (donde se dispone la puerta de la contaduría) hasta el
de poniente, donde continúa, siendo causa de un pleito entre los patronos y el
Cabildo. En 1586 se modifica de nuevo el espacio abriendo en su muro sur otra
puerta, en este caso de acceso al antecabildo, quedando la capilla como se
mantiene y potenciando la función de tránsito que ya tenía desde que en 1560 se
abriera la puerta de la contaduría. Esta segunda intervención genera un nuevo
pleito entre los patronos y la catedral no resuelto hasta 1598. PATRONATO. Los
patronos fueron los hermanos Alonso y Diego Caballero, descendientes de una
familia portuguesa de judíos conversos en origen apellidados González de
Meneses, cuyos ascendientes aparecen en el señorío de Feria (Badajoz) desde el
siglo XIV. A principios del XV obtienen el hábito de Santiago, cambiando su
apellido por el de Caballero. Desde 1508 se documenta la presencia de Diego en
la Isla de la Española, donde llega de la mano de la familia Grimaldi,
figurando desde 1516 junto a Alonso con compañía independiente especializada en
perlas, oro, plata, grana de cochinilla y cuero. Mucho más tarde, hacia 1550,
se convertirán en los principales importadores de esclavos africanos hacia el
Nuevo Mundo. En 1536 Diego es designado por Carlos V mariscal de la Española y
factor de la Casa de la Contratación. En 1541 compran una veinticuatría por un
millón de maravedíes y amplían el negocio con tierras, viñedos y olivares de
las provincias de Huelva y Sevilla, produciendo vino y aceite que exportan tanto
a América como a los Países Bajos, de donde importan telas finas. Por estos
años comienzan a gestionar su patronato sobre la capilla, a fin de ser
enterrados en la misma los dos hermanos con sus respectivas Familias, además de
los suegros de Diego, el comendador Pedro Díaz de León y su mujer. Sin embargo
no será hasta 1553 cuando se formalice la entrega de la capilla, dejando para
ello un depósito de 26000 maravedíes. LÁDOTACIÓN ARTÍSTICA. Arquitectura: La
capilla se construyó a fines del XV con piedra traída del Puerto de Santa María
y Morón. En 1560 se pagan 20 ducados al cantero Martín de Alçola para romper la
pared del muro de levante, donde iría la nueva puerta de la contaduría diseñada
por Hernán Ruiz II en 1558. A este maestro se debe también la tribuna que
oculta la sacristía bajo el retablo. Ésta presenta un frente compartimentado
por tres pares de pilastras de fustes cajeados adornados con formas
geométricas, además de dos ventanas cerradas con balaustres de hierro. La
puerta de acceso al antecabildo, abierta en 1586, responde a un diseño de
Asensio de Maeda. Los medios pilares góticos baquetonados que se disponen en
los ángulos como soportes de la bóveda de crucería debieron ser rebajados para
la apertura de las puertas citadas, como puede apreciarse en el del ángulo
nordeste. Retablos y esculturas: La parte arquitectónica y escultórica del
retablo se contrata con Pedro de Becerril en 1555 por 300 ducados de oro. Su
dorado y policromía, no documentada, se atribuye a Antonio de Alfián. Todo el
conjunto es de estilo plateresco. De planta poligonal (para ocupar todo el
frente de la capilla, incluidos los medios pilares de los ángulos), está
compuesto de banco, un cuerpo de tres calles y ático. El banco se divide
mediante pedestales en cuyos frentes aparecen jarrones frutales sobre carátulas
(extremos) y la heráldica de los Caballero (centrales). El primer cuerpo se
articula con columnas abalaustradas que se componen de un cilindro acanalado
sobre al que sigue otro con figuras antropomórficas. Sobre éste aparece un dado
cilíndrico con óvalos y roleos a modo de asas y más arriba el balaustre, en
cuya sección superior se observan guirnaldas con máscaras. El entablamento que
remata el cuerpo presenta un friso en el que aparecen, en los laterales,
carátulas y colgantes, y en el centro grifos alados y tallos vegetales. El
friso se divide con dados situados a eje con las columnas y una ménsula en la
calle central, todos decorados con máscaras. A la altura del ático se prolonga
la calle central con un pretil dividido en dos registros que acogen decoración
vegetal. La división de esta zona se realiza con pedestales con relieves de
mascarones y trofeos, apareciendo sobre las calles laterales aletas terminadas
en volutas y en los extremos esculturas de san Pedro y san Pablo. Pintura: Las
10 tablas que contiene el retablo se contratan con Pedro de Campaña en 1555.
Nacido en Bruselas en 1503 estudia primero en su país y luego en Italia,
residiendo en Bolonia durante la coronación de Carlos V en 1529, para la que
realizó un arco de triunfo decorativo. Más tarde vive en Venecia y Roma, donde
toma contacto con los manieristas seguidores de Rafael. En 1537 se establece en
Sevilla, donde contrae matrimonio. En 1562 regresa a su patria y allí vive
hasta su muerte en 1586. Según Pacheco destacó en dibujo, matemáticas,
arquitectura, escultura y astronomía. Se valora como figura principal del
manierismo español. En su estilo se aprecian influjos de Del Vaga y Salviati.
Dramatismo y afán de movimiento, con una clara tendencia a los contrastes de
luz, son notas esenciales de su producción. Fue además notable retratista. En
Sevilla deja lo mejor y más abundante de su obra. El retablo que nos ocupa muestra
la Purificación
de la Virgen en el
centro, y los santos Ildefonso, Francisco, Santiago
y Domingo de Guzmán en las calles laterales. En el banco vemos,
en la zona central, la escena de Jesús
y los doctores mientras que en los laterales se advierten
los excelentes retratos de medio cuerpo de la familia Caballero; a la izquierda
Diego y Alonso junto al primogénito del primero, Diego Caballero de Cabrera, y
a la derecha la mujer de Diego, Leonor de Cabrera, la mujer de Alonso, Mencía
de Cabrera (hermana de la anterior) y tres hijas de Diego, Francisca, Andrea y
María. En el ático, por último, observamos en dos niveles superpuestos una Resurrección (añadida en 1561 cuando el retablo cambia
de emplazamiento) y un Calvario.
No todas las pinturas
presentan la misma calidad, siendo Valdivieso partidario de atribuir algunas al
taller, caso del Jesús
entre los doctores o la Resurrección. El conjunto fue restaurado en 2006 por el
IAPH a excepción de la tabla central que, por la complejidad de su soporte de
madera, se intervino en el museo del Prado en 2009. Artes Suntuarias: La reja
que cierra la capilla fue contratada por Pedro Delgado en 1555 según trazas del
maestro mayor Martín de Gaínza. El elemento más destacado es la representación
del Santo
Entierro que
figura en el remate, sin duda inspirado en la misma escena que labrara en 1533
fray Francisco de Salamanca con diseño de Bartolomé de Jaén para la reja
principal del presbiterio de la catedral. Pedro Delgado se ajustó con precisión
a las cláusulas del contrato, en el que incluso se describían los motivos
ornamentales. Para la misma capilla construyo un pasamano de hierro Cosme de
Sorribas, otro de los grandes rejeros activos en la catedral durante el siglo
XVI. Esta baranda se inició en 1561 y se colocó sobre la tribuna que sirve de
asiento al retablo. El diseño lo dio Hernán Ruiz II, quien trabajó con Sorribas
en otros proyectos de rejería como el de la capilla de la Estrella del sector
de los alabastros. Esta obra se sustituyó en 1571 por la que hoy se conserva,
pieza realizada por Bartolomé Morel cuyo diseño también se atribuye a Hernán
Ruiz II. La capilla fue pavimentada en 1561 por Diego Sánchez y Manuel Real con
olambrillas y aliceres de cerámica, también pagadas por los patronos,
sustituidas en el siglo XIX por el suelo de mármol que hoy contemplamos. Es
posible que estos mismos artífices fueran los responsables de la lápida de
mármol que sirve de acceso a la cripta, donde se repite la heráldica que ya
vimos en el retablo, apareciendo también en elegante epigrafía los nombres y
títulos de los dos patronos de la capilla. Una vidriera realizada por Arnao de
Flandes en 1556 con la escena de Los
desposorios de la Virgen se
dispone en la parte alta del muro meridional, cerrando un vano de 3.57 mt. de
altura por 1.80 mt. de anchura que remata en arco apuntado. Este vidriero
burgalés reemplaza a su hermano Arnao de Vergara como vidriero de la catedral
cuando éste marcha a trabajar a Granada. Su periodo de actividad en el templo
se documenta entre 1534 y 1557. Realiza varias piezas que se integran en el
plan general de vitrales ideado en 1478 por Pedro González de Mendoza y
comenzado por Enrique Alemán, aunque su afiliación al lenguaje manierista de
Campaña o Vargas le procura también encargos para las capillas de san Pedro,
san Pablo, san Francisco, los Evangelistas y el Mariscal. La pieza que vemos ha
sido restaurada en varias ocasiones, habiendo perdido parte de su cromatismo
original. Destacamos por último dos interesantes tresillos que se disponen en
el muro de levante de la capilla. Parecen piezas de finales del XVIII o
principios del XIX y por su ubicación aventuramos que quizás formaran parte del
mobiliario de la vecina contaduría, hoy sala expositiva de orfebrería. REJA
ALTAR
DE LAS SANTAS JUSTA Y RUFINA Cronología: H. 1519 Autores: Juan Gil de Hontañón DATOS HISTÓRICOS. Situada en muro interior
de levante, junto a la puerta de Campanillas, se realiza en la fase final de la
catedral gótica, ya a principios del XVI, dentro del impulso que toman las
obras tras el derribo del cimborrio de 1511. El arzobispo Diego de Deza
encomienda la dirección a Juan Gil de Hontañón en 1513, que ya venía laborando
aquí desde el 1500. El exterior de la puerta se edifica desde 1478, bajo la maestría
de Juan de Hoces. En 1622 se otorga un patronato privado a la familia Bécquer,
bajo la advocación de los dos santiagos,
que se extingue a finales
del XIX. Desde principios del XX se dedica a las santas Justa y Rufina.
PATRONATO. Desde 1622 pertenece a la familia Bécquer, comerciantes oriundos de
la ciudad de Meurs en el ducado de Cleves (actuales territorios entre Alemania
y Países Bajos), que en octava generación (finales del siglo XVI) pasan a
Sevilla, donde comercian con tu tierra natal. La novena, en las personas de
Miguel y Adán Bécquer, instituye el patronato en 1622, advocando la capilla a
los dos santiagos, mayor y menor, y fundan un mayorazgo, con
posesiones en Tomares, Utrera y Écija. A mediados del XVII emparentan con los
jácomes (flamencos) y con los esquiveles, obteniendo el hábito de Calatrava. En
el siglo XVIII comienza su declive, si bien en el XIX, en decimosexta
generación, surgirá un poeta de fama universal y varios pintores de éxito. El
mayorazgo se ve envuelto en pleitos desde principios del XIX, si bien el
patronato catedralicio aún estaba vigente en 1845 (Gustavo Adolfo nace en
1836), aunque a finales del XIX tanto uno como otro se habían extinguido. Al
mecenazgo de esta familia se debe la magnífica reja y el basamento y solería de
la reducida capilla. DOTACIÓN ARTÍSTICA: Arquitectura: Juan de Hoces y Simón de
Colonia trabajan en el exterior de la puerta de campanillas desde 1478, y a
partir de 1513 Gil de Hontañón en el interior. La capilla no es más que un
altar inserto en un nicho que remata en arco carpanel, a modo de arcosolio
funerario. A partir de la imposta nacen, en los extremos, medias columnas que
sostienen pináculos, y en el centro arco conopial decorado con crochets de
cardina. Entre este arco y la cornisa superior aparecen restos de pinturas
decorativas del siglo XVII, de estética manierista, posiblemente de cuando nace
el patronato de los Bécquer. La capilla es un reducido espacio cerrado por una
reja y elevado por basamento recubierto de placas de mármol finamente labradas.
Retablos y esculturas: Presiden el espacio dos esculturas a tamaño real de las
santas mártires Justa
y Rufina, patronas de la ciudad. Son piezas labradas por Pedro
Duque Cornejo en 1728 por encargo del canónigo de la colegial de El Salvador
Cristóbal Nemesio, que previamente había encargado un retablo para dichas
efigies al entallador Juan de Dios, que lo acaba en 1722. La Giralda que
aparece entre las santas (muy interesante por documentar las pinturas murales
de Luis de Vargas) es obra de este segundo artista, y lo único de su mano que
acompaña a las mártires cuando, MAR
a
principios del siglo XX se trasladan a la catedral para presidir la capilla que
hoy comentamos, que a partir de este momento se conoce como Altar de las Santas Justa y Rufina. Estas obras son, por tanto, parte del
proceso decorativo que se llevaba a cabo en la colegial tras su conclusión
arquitectónica en 1712. Las imágenes están concebidas para procesionar, de ahí
su acabado completo, también por la espalda. La policromía, de excelente
calidad, se debe al mismo escultor. Las obras se cuentan entre lo mejor de su
producción, inmediatas a las piezas de la cartuja del Paular, y de su misma
calidad. Se sabe que el artista solía contratar modelos femeninas para ayudarse
en su tarea de modelado, algo que se hace evidente aquí por la singularidad de
los rostros, por otra parte casi infantiles, en alusión a su doncellez. La
iconografía recoge la tradición del seísmo de 1504, conocido como terremoto de
Carmona, que afirma que las santas sostuvieron la torre para evitar su caída.
Pintura: Sobre la mesa de altar se dispone una pintura con el tema de La cena de Emaús, obra napolitana atribuida al círculo de
Francesco Mura. El reducido tamaño del lienzo (61 x 74 cm.) nos induce a pensar
que procede de un espacio privado, posiblemente de un palacio o un ámbito
conventual. Valdivieso lo atribuye a los seguidores de Francesco Mura (Nápoles,
1696-1782) y lo describe como de mediana calidad, estando entonces en la
sacristía de los Cálices. Con anterioridad Gestoso lo atribuyó a Mariano
Salvador Maella, pintor de cámara de Carlos III. Sin embargo una reciente
limpieza ha sacado a la luz un colorido y riqueza de matices que lo sitúan
entre las mejores pinturas italianas de la catedral y lo vinculan directamente
al maestro Francesco Mura. Resulta de gran vistosidad el rompimiento de gloria
superior, con excelente dibujo y juegos de sombras, así como el perro que desde
el primer plano mira hacia afuera, vinculando el interior de la obra con el
espacio del espectador. La obra de Mura se sitúa en la estela de Francesco
Solimena y Luca Giordano pero ya dentro de la estética Rococó, de la que fue
uno de sus principales intérpretes, dejando una profunda huella en el arte del
«Settecento» napolitano. Tras su restauración ha sido dispuesta en la antigua
capilla de los Bécquer, donde se contempla bien iluminada y a una altura y
distancia idóneas, completando y enriqueciendo el ya interesante panorama de
pintura napolitana que conserva el templo. Artes suntuarias: En la reja figura
la siguiente inscripción “Esta capilla de entierro es de Miguel y Adán Bécquer
hermanos y para sus herederos y sucesores, año de 1622”. Se trata de una
notable pieza que sigue el esquema de la reja de la capilla de la Estrella
(Hernán Ruiz II, 1568), de la que toma el modelo decorativo de chapas de
hierro. Al centro vemos el escudo del linaje. La mesa de altar y el fondo de la
hornacina central se recubren de un enchapado de madera con decoración
historicista que data de principios del XX, pues su iconografía alude a las
mártires.TÍN DE
GAÍNZA Y PEDRO DELGADO, 1555. TRESILLO, ANÓNIMO, H. 1800