PANELES (PANEL 1) para defenderse de las peligrosas
incursiones de piratas y enemigos de la corona, en época de Felipe II, se Irán levantando las Torres de
Almenara, de la costa de Huelva de
poniente a Levante, el sistema defensivo
costero quedó establecido de la siguiente manera, en Ayamonte y en la barra del Guadiana, el viejo castillo de las Flores y la batería
de las Angustias y a media legu, de
aquella, próxima a la línea del mar, la torre de Canela, con explanada para 3 piezas de
artillería; a 3 leguas en el Estero de
la Redondela, su castillo, ya en
Lepe, a una legua, la torre del Catalán, a la entrada del río Piedras, esteros de Lepe, la torre del Terrón y el castillo de San
Miguel de Arca del Buey un despoblado desde principios del siglo XVI; 3 leguas a distancias de la torre del
Catalán, fuera de los límites del
marquesado de Ayamonte, la torre de Punta
Umbría, defiende desde oeste el estuario del Tinto Odiel que refuerzan el
baluarte de la Estrella y el castillo de San Pedro, la torre de Punta Arenilla
defiende la orilla oriental, la entrada
del Tinto reforzada con la defensa del promontorio de La Rábida y el castillo
de Palos, el sector más oriental la
playa de Castilla, se guarnece con las
Torres del Oro y de Loro, indistintamente; Asperillo; La Higuerita; las Carboneras o Matalascañas; Zalabar y San Jacinto
(PANEL 2) jabeque berberisco, velero de 3 palos,
trinquete inclinado hacia proa y el mesana en cangreja, de condiciones tan marineras que sobrevivió
durante siglos como embarcación de comercio, pesca y guerra, su nombre deriva del árabe “shabak” era un
tipo de navío utilizado en principio, para el comercio, pero los piratas
berberiscos lo emplearon en sus correrías por las costas españolas, su
extraordinaria velocidad y manejabilidad lo hicieron temibles e inalcanzables durante
muchos años, inicialmente el jabeque
berberisco era propulsado por remos y velas, aunque era la vela el sistema
preferido de navegación, empleando los
remos únicamente para maniobras de puerto o en caso de calma chicha, su velocidad unida a la artillería que empezaron
a montar en el siglo XVII lo hacía muy peligroso, en sus incursiones corsarias la artillería
solía ser de unos 20 cañones, la táctica
era adentrarse con una flotilla variable entre 6 y 20 jabeques en aguas
costeras, desembarcar en las
inmediaciones de un puerto indefenso, ocuparlo y saquearlo y retirarse
rápidamente antes de que las flotas de galeras de defensa costera pudieran
interceptarlos, también eran muy
frecuentes los ataques al tráfico mercante; para hacer frente a los jabeques berberiscos
más rápidos y mejor armados que las galeras, la Real Armada Española a mediados del siglo XVIII
también adopta el jabeque como sistema para oponerse a la piratería argelina
(PANEL 3) en 1547 se
concentran a los vecinos de Huelva en la plaza de San Pedro para que se
preparen, ante la inminencia de un asalto de corsarios berberiscos; en 1549 el duque de Medinaceli dio la orden
de tener y apercibir desde el punto de guerra toda la gente de caballo y de pie
de mi casa y estado, para socorrer a los otros puertos de Andalucía; en 1558 el capitán Garrocho rinde el
cosario Papasali junto a 186 turcos, su
pequeña armada se componía de 3 barcos luengos, también capturé otro bergantín con 68 moros;
en 1559 el Consejo de Huelva, ante la
noticia de que 14 galeras de turcos se aproximan a la costa con intento de
hacer todo el daño, acordaba que los vecinos y moradores de la villa
permanecerán de noche en sus casas y no durmiesen en los campos; en 1608 se dio alcance en el Estrecho de
Gibraltar hasta donde se había seguido desde la misma barra de Huelva a otro
bergantín de moros; en 1618 el duque
ordena la villa de Huelva ante un inminente ataque que se prevenga de pólvora y
municiones y se haga un terraplén en La Calzada donde se pongan las piezas
gruesas ante el aviso que 70 barcos corsarios merodean las proximidades del
estrecho, se ordenaba colocar en las
Torres del Arenilla y Punta Umbría, 3
guardias, pólvora balas y otras cosas
por cuyo coste Huelva trate con Moguer, Palos y San Juan del Puerto; en 1620 la prevención aconseja preparar a los
vecinos con los alardes correspondientes y visitar las tiendas de mercaderes
para conocer su provisión de pólvora, cuerdas y balas, incluso se pide al duque permiso para usar
unas piezas de artillería que se hallaban en el castillo de San Pedro porque
allí no hacen efecto; asalto a la villa
de Cartaya, cautivando a jóvenes de las más conocidas familias, en el mismo lugar del suceso, el marqués de Gibraleón mandó levantar una
lápida conmemorativa en 1765: otros incidentes corsarios, algunas incursiones y capturas de alijos de
pesca, la contra ofensiva del reino para
contrarrestar estas incursiones; en 1663
Garrocho detiene en la barra de Saltes al Moro Solimán Negro, junto a 145 turcos, en 1642 se repiten las advertencias de peligro
en un caso, se precavía sobre las 26
galeras salidas desde Argel de las que 24 habían recalado en Tetuán y dos se
dirigían con rumbo a Cádiz, en otro, el duque de Medinaceli afirmaba haber
localizado dos galeras de turcos con dirección a la barra de Saltés; en 1675 el duque de Medina Sidonia nombra por
teniente de las galeota a Juan Ortiz Limón, el carpintero de Ribera Manuel de Silva, vendía el vizconde de la torre de León
residente en Barcelona, una fragata de
32 remos, nombrada Nuestra Señora de la Sinta,
“la cual yo compre de la presa que por orden del
excelentísimo duque de Medina Sidonia se hizo al corsario famoso Cara Solimán y
por otro nombre El Negro por precio y cuantía de 155 pesos de plata doble; en 1691 en respuesta del Cabildo de Huelva al
duque de Sesa ¿Ceuta? que había solicitado a conocer el número de moros que
estaban apresados en Huelva, con el
objetivo de intercambiar los cautivos cristianos, se señala no haber en esta villa moro alguno, a partir de este año las incursiones corsarias
fueron mucho menos frecuentes, aunque la torre siguió desempeñando su función
defensiva en los conflictos bélicos de la corona cuando el enemigo trataba dar
un duro golpe al suroeste español y con él, a América.
(PANEL 4) para el
cuidado y vigilancia de las Torres se hicieron extensibles algunas de las
normas ya existentes las defensas de la costa de Granada en tales instrucciones
de defensa se prescribe para guardias y escuchas la prohibición de tener perros,
ni hurón, ni lazos, ni redes ni otro ningún aparejo de cazar o
pescar, igualmente que habite con ellos
mujer, deberán elegirse entre mancebos
sueltos y sanos que tengan conocimiento de las cosas de la mar y de la tierra ,
pero al margen de estas normas el verdadero problema de las Torres de Almenara
estribaba en las dificultades económicas de su mantenimiento, máxime si se considera que su ubicación
implicaba a varios municipios, La Arenilla estaba en el término de palos y Punta
Umbría, en el de Cartaya perteneciente
al señorío de Gibraleón, mientras que su
radio de acción afectaba a otros términos, comenzando por la propia Huelva, para atender a lo que correspondía en esta
última hubo de crearse una nueva contribución sobre la venta del pescado, desde entonces y con cierta regularidad hasta
1670 gracias al nuevo impuesto y a su arriendo pudieron dotarse de medios
modestos a las Torres los arrendamientos solían ser de 3 años la razón de 3000
reales anuales, aunque más tarde se
amplió a cuatro años y 4000 reales anuales, para el siglo XVII eran por lo común dos
vigías, a veces, se habla de vigías artilleros con que contaba
cada torre, sus salarios eran de 3
reales diarios y la manutención siendo normal que trabajasen desde el principio
de marzo hasta principios de noviembre
OTROS PANELES la
Huelva ilustrada 1762 Mora Negro narra la saga de la familia Garrocho, encargada de la defensa de la costa onubense
al frente de la famosa embarcación La Galeota en 1673 José de Vega Garrocho
rindió las embarcaciones que trataban de adentrarse por la barra bajo el mando
del pirata turco Solimán El Negro, Solimán venía precedido de gran fama como
terrible e inteligente pirata pero Garrocho descubrió su debilidad, una patológica superstición, buscó el viejo casco de un barco al que
tallaron en proa y popa las formas de un monstruo marino, lo cubrieron de brea y sus hombres lo
ocultaron en los bajos de Saltés,
aguardando la llegada del pirata,
cuando apareció su embarcación prendieron fuego, la artimaña y creada la
confusión, pudieron asaltarla y hacer
prisioneros a los 145 turcos que la tripulaban