martes, 28 de marzo de 2023

ESCULTURA CATEDRAL: CRISTIFERA , VIDA PUBLICA

Bautismo de Cristo 1478 (Nufro Sánchez) Coro, Sillería 

Cena Casa Simón Fariseo 1478 Nufro Sánchez (Coro, Sillería) 

Tentaciones (1478) Nufro Sánchez 

Bautismo 1590 (Marcos Cabrera) Sala Capitular 

Tormenta en el Mar de Galilea (Marcos Cabrera) 

2ª línea Altar Mayor : Vida Pública de Jesús 1505  

Resurrección de Lázaro 1505 (Jorge y Alejo Fernández) 

Bautismo 1505 (Jorge y Alejo Fernández) 


Bautismo, sepulcro de D. Gonzalo de Mena 1401 Anónimo español 

Bautismo 1667 Bartolomé Esteban Murillo (Capilla de san Antonio)  

Multiplicación de los panes y peces 1539 Pace Grazzini de Bisone

Pentecostés 1539 Pace Grazzini de Bisone (Retablo Capilla de los Scala)  

Martes 28-3-23 (VISITA) ESCULTURA EN LA CATEDRAL: ESCULTURA CRISTIFERA VIDA PÚBLICA / ATRIUM / Guía Emilio Rubio / VIDA PUBLICA . NOVICIADO BAUTISMO (Coro, sillería ) respaldo de tres de las sillas del Nuevo Testamento,  1478 Nufro Sánchez  que incluye el Bautismo, las Tentaciones y la Cena en casa de Simón;  vida pública de Jesús lo que se considera el noviciado el bautismo y la penitencia,  la llamada a los apóstoles,  la predicación y los milagros por lo tanto la vida pública,  no ha tenido la atención suficiente,  ha sido muy minoritaria con respecto al bautismo y la pasión,  la sillería es de Nufro Sánchez y de Pierre Dancart, trabajaron en el periodo de 1478 a 1482 , Gómez Horozco hizo la restauración en la sillería,  colaboraron Juan Bautista Vázquez,  Juan Marín , Bartolomé Morell y otros artistas del 1500; decoración empieza por la sillería y continúa por el presbiterio,  hay 50 sitiales de los que 25 corresponden al Viejo Testamento y otros 25 al Nuevo Testamento,  infancia acaba en el Templo con 12 años,  termina el ciclo de la infancia, hay una laguna enorme hasta los 30 años,  cuando empiezan los 30 termina en el 33,  con el evangelista San Juan tampoco se ha extendido mucho;  de los 25 Vetero Testamentarios y 25 Nuevo Testamento;  Coro,  jurídicamente muy significativo,  sitio de los canónigos y los cabildos,  invitados sólo los Reyes y otras personalidades eclesiásticas;  iglesias se diferenciaban por las liturgias,  primero canto gregoriano y después, la polifonía;  coros son excepcionales tolerancia para reproducir escenas profanas, con sitiales asiento con las misericordia, (con los pecados);  brazales y pomos;  cimborrio llegaba hasta la altura de la Giralda (en Burgos se mantiene),  aquí se cayó,  caída en 1511,  obligó a la restauración del Coro, se  conserva el 80% del original,  pecados están en todas partes;  (respaldar: la Giralda sin campanario);  la parte de arriba:  iconografía civil y profana toro ensogado (gayumbo);  procesión de un preso,  Hércules tiene 8 representaciones,  historias mitológicas reinventadas para el cristianismo,  mitología en clave cristiana;  Hércules es  el nuevo Cristo; NOVICIADO BAUTISMO 1478 Sillería del Coro ( Nufro Sánchez) [también hay otra obra en el Altar Mayor, de Jorge y Alejo Fernández, de 1505] los evangelios sinópticos de Marcos, Mateos y Lucas, los de San Juan van por otro lado,  repasando los hechos que aparecen en los sitiales:  el Nacimiento, la Anunciación,  la Epifanía,  la Circuncisión,  la Presentación en el Templo,  la Huida Egipto,  las palmeras tendidas;   Los Reyes huyen por el Mar Muerto y no vuelven a ver a Herodes , entonces Herodes manda hacer la matanza de los niños inocentes;  Cristo es adolescente,  el primer apartado del noviciado el bautismo,  lo repiten los cuatro evangelistas, es un  bautismo por inmersión hasta la cintura,  en el siglo XVI se representa como bautismo por infusión,  repliegue a medio camino,  se modifica el rito,  también otros pasajes,  aparece desnudo y la “campana acuática”,  momentos diferenciados,  San Juan,  la teofanía del Espíritu Santo (baja de los cielos en forma de paloma y reafirma el carácter mesiánico de Jesús) paralelismo con la Anunciación y Espíritu Santo con concha bautiza a Jesús, el bautismo sustituye a la circuncisión judaica;  a partir del XVI,  los diáconos pueden practicar el bautismo;  aparecen tres ángeles;  de Nazaret al río Jordán Juan no quería bautizar a Jesús por considerarse indigno, al final accede al bautismo de Jesús,  figura con una piel de camello;  NOVICIADO : TENTACIONES 1478 (Sillería del Coro)  Nufro Sánchez , 40 días en el desierto,  se le ofrecen riqueza y se conserva en otras religiones como el budismo,  el pueblo de Israel por el paso del Mar Rojo,  las aguas del Jordan la prefiguración del bautismo;  vetero testamentaria,  antigua Oración del Huerto;  tentaciones de mujer,  NOVICIADO : CENA EN LA CASA DE SIMÓN EL FARISEO 1478 (Sillería del Coro) (Nufro Sánchez), [también hay otra obra en el Altar Mayor, de Jorge y Alejo Fernández, de 1505]; Jesucristo dialogante ejemplo en el Templo de Jerusalén,  casa de un fariseo una mujer le unge los pies, era una mujer pecadora, descarriada, joyas en el brazo,  no casada por el pelo al descubierto,  identificada con María Magdalena,  citada por San Lucas,  reconocido por el Papa Gregorio Magno,  dudas si era Magdalena,  María Magdala o María Egipciaca;  Jesucristo defiende a la mujer ya que el fariseo no le ha dado las tres cosas cuando se recibe a un invitado,  las 3 atenciones del beso, lavarle los pies y el ungirle con perfume;  se cuidó por defender el perdón de todos;  programa iconográfico de la sillería de Pedro González de Mendoza,  Delgado Apostólico que estuvo 10 años,  se le llamaba el tercer rey,  realizado por Nufro Sánchez con fecha de su muerte 1478;  RELIEVES DE LA SALA CAPITULAR sala de Gobierno de la Diócesis de Sevilla, muy importante en la economía del reino de Castilla,  diócesis de Sevilla responsable de las órdenes religiosas y su intervención en el norte de África y América,  pinturas con santos sevillanos (Justa , Rufina, Leandro) ,  pintadas por Murillo con la Inmaculada en el espacio central,  en la cúpula,  encima de donde está la silla arzobispal,  se termina en 1660,  los comerciantes en Sevilla eran de distintas nacionalidades; [ Emilio se quita el micrófono para demostrar la buena acústica, pero no se oye nada] SALA CAPITULAR ejemplo de Renacimiento;  Fadrique de Rivera,  virrey de Nápoles,  plantea un programa iconográfico cuáles eran las obligaciones y cuáles las virtudes de los miembros del Cabildo Catedralicio; Hernán Ruiz II , Diego de Velasco,  Marcos de Cabrera autor de los relieves rectangulares,  RELIEVE BAUTISMO  1590 (Sala Capitular) Marcos de Cabrera,  el bautismo por inmersión representaba la muerte y el bautismo como la vida;  en el mundo bizantino va desapareciendo la figura del bautismo y aparece solo la figura del niño;  bautismo zona de aguas muertas,  no es necesario que corra el agua,  incluso Cristo en el interior de un edificio; periodo bizantino rompe con esta iconografía solo queda Rávena, Santa Catalina de Sinaí,  algunos monasterios griegos;  a partir de la Contrarreforma se reinterpreta que Cristo se arrodilla ante San Juan Bautista,  Inquisición se interesa por la interposición de estas tendencias, se invierte el arrodillarse de San Juan ante Cristo;  relieves rectangulares,  Lavatorio,  Última Cena y otras, entrada Jerusalén,  estos relieves incluidos en la pasión, prendimiento,  RELIEVE TORMENTA EN EL MAR DE GALILEA 1590 (Sala Capitular) (Marcos de Cabrera),  Jesús lleva llama a los apóstoles de uno en uno en uno o de dos en dos, les pide que se suban al barco y atraviesen el Lago de Tiberíades,  en plena tormenta , Jesús manda calmar los vientos y las olas; el barco simboliza la Unión de la Iglesia espacio de la protección de la nave,  la tempestad;  Marcos de Cabrera gremio de plateros, situado en la alquería le encargan el Cristo de la Expiración del Museo,  Trento favorecía los cultos letífico,  en vez de los cultos penitenciales,  no solo el sacrificio de Cristo sino hay que hacer méritos propios,  los autos sacramentales después se convierten en pasos,  para hacer el Cristo tuvo 18 días,  es pasta de madera se hacían unos moldes para hacer varias figuras,  Cristo en escorzo muy importante artísticamente, cambiaron la procesión del viernes al martes, para poder salir en Semana Santa inspirado en una obra de Miguel Ángel que hay en Logroño y a la que hay que echar una moneda para iluminarla;  Marcos de Cabrera participa en las expediciones de creaciones de ciudades como Santa Fe de Bogotá a iniciativa de la Casa de Contratación;  otra obra emblemática de Marcos de Cabrera es el Nazareno de Utrera sale el Viernes Santo,  Las Tres Caídas de la Triana, Capilla de los Marineros todo lo que viene de Triana cristífero es muy importante;  estos relieves estaban policromados,  las inscripciones en latín junto con el relieve debían seguir las indicaciones morales;  ESCULTURAS DE MARCOS DE CABRERA 1590 (Trasaltar) (Marcos de Cabrera) algunos pagos a Marcos de Cabrera,  también hay obras aquí de otros autores anteriores como Michel Perrín se ve la huella de Mercadante de Bretaña,  muy importante por fuera,  la Sacristía Mayor renacentista,  con obras de otras dependencias todavía góticas,  Marcos de Cabrera gran conocedor de Miguel Ángel,  Marcos de Cabrera como capitán del ejército y que aparece por Italia, debió contactar también con Miguel Ángel y conocer a Berruguete;  BAUTISMO 1505 (Altar Mayor) ) Jorge y Alejo Fernández, vemos el bautismo ; RESURRECCIÓN DE LÁZARO  1505 (Altar Mayor) Jorge y Alejo Fernández  amortajado, manos atadas,  lo desata San Pedro,  personaje se tapa la nariz,  dentro de una vida pública se comprende se considera la más importante, San Juan se enfada con el pueblo judío porque después de haberse ofrecido Cristo con todos sus sacrificios y los milagros lo dejaron que fuera crucificado;  vida pública, muy poco representada en el altar mayor;  BAUTISMO (sepulcro del cardenal Gonzalo de Mena ), Cristo desnudo, con faldellín,  túnica de Juan con piel de oveja o de camello y un jarro invertido,  agua aparece por la cabellera de Jesús, ángel sostiene una túnica de Cristo; BAUTISMO DE JESUS 1667 (Capilla de San Antonio) (Bartolomé Esteban Murillo) Jesús se arrodilla ante San Juan,  obra de Murillo en la capilla de San Antonio representó mucho en el siglo XVIII; RELIEVE DEL RETABLO CAPILLA DE LOS SCALA MULTIPLICACIÓN DE LOS PANES Y LOS PECES  1539 (Capilla de los Scalas) el relieve y el sepulcro son de Pace Gazzini de Bisone [hay otra representación en el Altar Mayor de Pedro de Heredia, de 1554 ]  bendición y reparto de comida, juega con el bajo, medio y alto relieve, para marcar la perspectiva, cestos del milagro (hablo con Luis sobre las marcas de tabaco que había en su servicio militar,  Bisonte, Bonanza y no sabía la distinción entre los productos de Tabacalera y los productos canarios);  muchedumbre 5000 varones, los discípulos solamente tenían 5 panes y dos peces,  Jesús los bendice y se van multiplicando, se encuentran con las cestas repletas, llenas las 12 canastas el cardenal Baltasar del Río funda la Hermandad de la Consolación;  RETABLO Y SEPULCRO DE LA CAPILLA DE LOS SCALA 1539 (Capilla de los Scalas) de Pace Gazzini de Bisone en  1654, Miguel de Mañara, cuando propuso su programa iconográfico para el Hospital de la Caridad , Moisés hace brotar las aguas y el milagro de los panes y los peces;  Murillo se inspira en este relieve de esta capilla; Miguel de Mañara pagaba por encima de los mercados y los artistas se esmeraban

 

FICHAS ATRIUM

Bautismo (sala capitular). Cronología: 1590. Autores: Marcos de Cabrera. La vida pública de Jesús comienza con el Bautismo, relato en el que por primera vez coinciden los cuatro evangelistas. Así, se nos cuenta que Jesús se dirige al río Jordán desde Nazaret para hacerse bautizar por Juan. El precursor en principio se niega, por considerarse indigno, pero Jesús insiste. Tras ser rociado con el agua y en el momento de salir del río ve abrirse el cielo y descender sobre él el Espíritu Santo en forma de paloma mientras resuena una voz que dice “Tú eres mi hijo amado, en ti me complazco”. La escena está compuesta por tanto por dos elementos bien diferenciados: la purificación en el agua del río y la teofanía o Descenso del Espíritu Santo. En cuanto al primero los teólogos lo interpretan como la Nueva Alianza de Jesús con los hombres, que instituye el sacramento del Bautismo como sustitución de la Circuncisión judaica. En cuando al segundo, la Teofanía, se concibe para agrandar la figura de Jesús, ya que sin ella habría aparecido como un simple discípulo de Juan, reafirmando así su carácter mesiánico. En el simbolismo cristiano inspirado en San Pablo, la inmersión del neófito significaba su muerte, y la salida del agua la resurrección por la virtud del bautismo. La representación del Bautismo de Cristo la encontramos por primera vez en las catacumbas de San Calixto de Roma (s. III), si bien este tema no se extiende hasta el apogeo del arte bizantino (s. VI), donde al principio se nos presenta a Cristo como un niño (los catecúmenos eran bautizados a corta edad), pero más tarde, y ajustándose al relato de Lucas (que nos concreta que en este momento tenía 30 años), aparece como una persona adulta. En estas primeras representaciones el agua le llega hasta la cintura, pero poco a poco irá disminuyéndose la altura de ésta hasta apenas cubrirle pies y tobillos. San Juan suele aparecer en la orilla, arrodillado y vestido con una piel de oveja o camello. Sobre la orilla opuesta del río figuran dos ángeles descendidos del cielo que ofician como diáconos, no referidos en ningún relato (ni apócrifo ni canónico), y que creemos aparecen por influencia de la liturgia, pues uno o varios diáconos solían asistir al obispo cuando oficiaba este sacramento. Estos ángeles acostumbran a sostener la túnica del mesías.

 

La multiplicación de los panes y los peces (retablo mayor). Cronología: 1554-1556. Autores: Pedro de Heredia. Mientras que Lucas y Juan sólo nos citan un milagro de la Multiplicación, Mateo y Marcos lo duplican en un segundo episodio en el que sólo difieren con respecto al primero las cantidades resultantes. Relata el pasaje bíblico como alrededor de Jesús, que predicaba a orillas del lago de Genesaret (también llamado Mar de Galilea o lago de Tiberíades), se había reunido una multitud hambrienta. Al atardecer los discípulos se le acercaron para que instara a la gente a volver a sus hogares, pues no tenían con qué alimentarlas, ya que sus provisiones no excedían de cinco panes y dos peces. Jesús ordenó que se le trajesen las viandas y después de bendecirlas las repartió entre el gentío. Afirman las fuentes que se saciaron hasta 5000 personas, recogiéndose doce cestos de comida sólo con las sobras. Para los racionalistas este milagro nunca se dio, y el relato sería simplemente una actualización de tradiciones del Antiguo Testamento como la caída del maná propiciada por Moisés para alimentar al pueblo de Israel. Para los simbolistas, que no entran en la veracidad del milagro por considerar que esta cuestión sólo tiene un interés anecdótico, el milagro encierra un importante mensaje como símbolo eucarístico, anticipo de la Santa Cena. Se trataría pues más de un alimento espiritual que de uno material. Jesús con su palabra alimenta a las multitudes. Por la complejidad de la escena, los artistas acostumbran a reducir el asunto a una comida eucarística, que se diferencia de pasajes similares por los cestos de comida que normalmente se sitúan en primer plano. Las primeras representaciones son del siglo XIII, figurando Cristo como mago o taumaturgo, armado de una varilla mágica con la cual toca los cestos. La multitud suele representarse en semicírculo, figurando hombres, mujeres y niños. En los ciclos narrativos más completos se divide en tres episodios: la bendición de los cestos, la distribución de los panes y la recogida de los restos. Está temática resulta muy habitual en las capillas erigidas por los gremios de panaderos o molineros, así como en los refectorios conventuales. Es asimismo frecuente su inclusión en los ciclos que narran las Obras de Misericordia. La obra que aquí vemos fue pagada por el cabildo al escultor Pedro de Heredia en 1556, aunque es posible que responda a un diseño de Roque de Balduque, de quien Heredia fue habitual colaborador en sus empresas catedralicias.

 

Tormenta en el mar de Galilea (sala capitular). Cronología: 1590. Autores: Marcos de Cabrera. Los barcos han aparecido en el arte cristiano desde los primeros tiempos, comenzando por las catacumbas. Era una de las imágenes preferidas de los pioneros del cristianismo, que percibían el barco como un símbolo de la Iglesia. No es ninguna coincidencia que la parte de todo templo donde se sienta el pueblo se llame ‘nave’. Esta palabra deriva del latín navis, o barco, y su función es retratar la realidad de la Iglesia como navío, protegiendo a los que lleva en su interior del oleaje y los azotes del mundo. En el arte cristiano antiguo, el arca de Noé se usaba normalmente para representar a la Iglesia, aunque artistas posteriores recurrieron al episodio de Jesús calmando las olas en el Mar de Galilea, hecho narrado en los evangelios de Mateos, Marcos y Lucas. Este último relata Un día, subió él a una barca con sus discípulos y les dijo: —Crucemos a la otra orilla del lago. Y partieron. Mientras ellos navegaban, se durmió. Y se desencadenó una tempestad de viento en el lago, de modo que se llenaban de agua y corrían peligro. Se le acercaron para despertarle diciendo: —¡Maestro, Maestro, que perecemos! Puesto en pie, increpó al viento y a las olas, que cesaron; y sobrevino la calma. Entonces les dijo: —¿Dónde está vuestra fe? Ellos, llenos de temor, se asombraron y se decían unos a otros: —¿Quién es éste que manda a los vientos y al agua, y le obedecen?. El mar, en muchos lugares de la Biblia, representa el lugar de las fuerzas maléficas que sólo Dios puede dominar. Al someterlo con el imperio de su voz como quien domina a los demonios, Jesús se presenta como todopoderoso. El mensaje es muy claro, los males del hombre vienen por sus dudas de fe. Es en los momentos difíciles, que lo son porque ponen a prueba nuestras convicciones, donde los principios deben regir nuestras decisiones. Este mensaje era uno de los muchos que se disponen en el programa decorativo de la Sala Capitular catedralicia, diseñado por el capitular Francisco Pacheco, que recordaba a los canónigos las virtudes que debían guiar sus deliberaciones sobre el gobierno de la extensa y poderosa archidiócesis de Sevilla. La escena que contemplamos es obra del escultor sevillano Marcos de Cabrera, que debía tener entonces unos cincuenta años. Este artista, que comparte estilo y encargos con Juan Bautista Vázquez, Jerónimo Hernández, Diego de Pesquera o Diego de Velasco, tiene poca obra documentada pero de gran calidad, como el Cristo de la Expiración del Museo, obra de 1575 realizada en pasta de madera, uno de los referentes artísticos de la Semana Santa de Sevilla, o estos relieves que aquí vemos, siendo evidentes en todas, como ya apuntó Hernández Díaz, la huella de Miguel Ángel, que pudo aprender directamente en Italia. También pasó un periodo en Nueva España, aprovechando la demanda de piezas religiosas que generó la evangelización de América. Tiene documentada una imagen de Nazareno en Utrera y se le atribuyen otras obras devocionales como el Cristo de las Tres Caídas de la hermandad de la Esperanza de Triana, del que se tiene constancia desde 1595, si bien ha sufrido varias transformaciones.

La resurrección de Lázaro (retablo mayor). Cronología: H. 1505-1510. Autores: Jorge y Alejo Fernández. Este milagro sólo se menciona en el evangelio de San Juan, concretamente en los versículos 38-44 del capítulo 11. Las hermanas de Lázaro mandan buscar a Jesús, se postran ante él y le cuentan la desgracia. Jesús manda retirar la entrada del sepulcro y Marta le advierte que ya hiede, pues lleva dentro cuatro días. Entonces Jesús gritó Lázaro sal fuera, y el muerto resucitó. Este prodigio resulta históricamente cuestionable por el hecho de que sólo lo relata Juan, mientras que los otros tres, pese a la trascendencia del hecho, no dicen una palabra. Los elementos del relato están tomados de la parábola del pobre Lázaro y del rico Epulón, de Lucas 16, reinterpretados por Juan, que así demuestra cómo, pese a mostrar su condición divina con tamaños prodigios, los judíos más radicales le condenaron. Por paradójico que parezca, la lección que se desprende es, en suma, la inutilidad de los milagros. Los cristianos, pese a las dudas, le dieron a este asunto un desarrollo excepcional, siendo muy popular desde las catacumbas hasta nuestros días. Aparece Cristo acompañado de los apóstoles, Marta y María, las hermanas, y otros testigos judíos, portando (no siempre) una vara de taumaturgo. A veces Lázaro se representa como un niño, en simbología de su nueva vida. En un primer momento la escenificación se adaptó a los usos funerarios de cada zona, unificándose a partir de la Baja Edad Media. Las hermanas pueden aparecer de pie o postradas, mientras que Pedro desata las manos de Lázaro, que inmediatamente se unen en gesto de plegaria. Un testigo judío se tapa la nariz de forma instintiva, recuerdo de una tendencia que llevó a los artistas a representar a todos los personajes repitiendo este gesto para facilitar la identificación narrativa, en una clara traducción plástica de un olor a través del lenguaje corporal. De la misma manera que ocurre con el asunto del Bautismo, donde el cambio de liturgia comporta otros en la iconografía, la evolución de los ritos fúnebres renovó el tema de la Resurrección de Lázaro. Hasta la Edad Media se representó al muerto embalsamado y momificado a la manera egipcia, y en posición vertical, casi siempre en una gruta, pero a partir de ahora se presenta con mortaja y féretro recostado, como aquí aparece.

La cena en casa de Simón (retablo mayor). Cronología: H. 1505-1510. Autores: Jorge y Alejo Fernández. La representación de Jesús en casa de Simón el Fariseo plasma la escena narrada por el evangelista Lucas (7, 36-50). Simón el Fariseo invitó a Jesús a comer a su casa. Y he aquí que había en la ciudad una mujer «pecadora» que, al enterarse de que estaba sentado a la mesa en casa del fariseo, llevó un vaso de alabastro con perfume, se puso detrás a sus pies llorando y comenzó a bañarlos con sus lágrimas, los enjugó con sus cabellos, los besó y los ungió con el perfume. Viendo esto el fariseo que lo había invitado, decía para sí: Si este fuera profeta, sabría con certeza quién y qué clase de mujer es la que le toca: que es una pecadora. Jesús le responde con una parábola en la que le recrimina su falta de atención, pues eran deberes de cortesía para con el huésped darle el beso de bienvenida, ofrecerle agua para lavarse los pies, y perfumes con que ungirse, nada de lo cual recibió Jesús, que además manda un claro mensaje de que ha venido para perdonar a todos, hasta el mayor pecador. Ni en el texto de Lucas ni en los apócrifos que narran este hecho se menciona a María Magdalena como la mujer descarriada que ungió a Jesús. Sin embargo, fue el papa Gregorio Magno (540-604) quien estableció que la mujer «pecadora» de Lucas y María Magdalena eran la misma persona. Así mismo, hay que citar el éxito de la Leyenda dorada, compendio hagiográfico redactado en latín en 1264 por el dominico italiano Santiago de la Vorágine, que populariza la creencia, incluyendo el episodio en los ciclos dedicados a la santa de Magdala. Con todo, la temática no se generaliza hasta principios del XVI, siendo éste que nos ocupa uno de los ejemplos destacados de este momento. No obstante, el creador del modelo iconográfico que va a extenderse por Europa es el pintor flamenco Pedro Pablo Rubens. En fecha indeterminada, aunque seguramente en torno a 1618, Rubens realiza un pequeño cuadro al óleo sobre madera en el que dispone un diseño original de la composición del tema de La comida de Jesús en casa de Simón el fariseo, que después se va a llevar a cabo ya en gran formato en el cuadro que hoy se halla en el Museo del Hermitage, y que más tarde se utilizará como base para los grabados que difundirán el tema por todo el orbe católico y que servirán de modelo a otros artistas. Varios especialistas han interpretado la obra como un conflicto entre el bien y el mal, entre la virtud y el vicio, donde se exponen los pecados de los fariseos: el orgullo, la hipocresía, la miopía mental o incredulidad, la piedad ostentosa y la codicia.

 

Transfiguración (retablo mayor). Cronología: H. 1505-1510. Autores: Jorge y Alejo Fernández. La Transfiguración ha sido un tema importante en el arte cristiano, sobre todo en la iglesia oriental, donde su fiesta se celebra al menos desde el siglo VI y es una de las Doce Grandes del calendario ortodoxo, por lo que se representa ampliamente, sobre todo en los muros que hacen las veces de iconostasis en sus templos. En la iglesia occidental la fiesta es menos importante, y no se celebró hasta 1475, supuestamente por influencia de la expulsión de los otomanos de Belgrado en 1456. Las representaciones occidentales más notables provienen de los siguientes cincuenta años después de 1475, alcanzando un pico en la pintura italiana en la década de 1510. El tema no aparece siempre en los ciclos narrativos de la Vida de Cristo y se puede decir que la iconografía occidental tuvo dificultades para encontrar una composición satisfactoria para, este tema. La versión más antigua conocida está en un mosaico del ábside del monasterio de Santa Catalina en el Monte Sinaí en Egipto, encargado por Justiniano el Grande. Este excepcional superviviente del arte bizantino anterior a la iconoclasia muestra a un Cristo de pie en una mandorla con un halo cruciforme, flanqueado por figuras de pie de Moisés a la izquierda con una barba larga y Elías a la derecha. Debajo de ellos están los tres discípulos nombrados en los evangelios: los santos Pedro, Santiago, y Juan. Los relatos de los evangelios (Mateo 17: 1–9, Marcos 9: 2–8, y Lucas 9: 28–36) describen a los discípulos como "terriblemente asustados" y "abrumados por el sueño". Cuando despiertan ven a Jesús hablando con Moisés y Elías y emitiendo una luz brillante. Los discípulos generalmente se muestran con poses tambaleantes y dramáticas, que intentan transmitir la excitación del momento, como ocurre en el relieve que observamos del retablo mayor catedralicio, donde el reflejo además de esa luz brillante parece cegar a los personajes. Los rostros de los apóstoles suelen estar ocultos al espectador, mientras que los de los profetas se aprecian con claridad. Los métodos para representar la luz brillante emitida por Jesús varían, incluidas las mandorlas, de las que aquí vemos una versión original, pues sólo se muestra su mitad inferior. En Oriente, la voz de Dios también puede estar representada por la luz que fluye desde arriba sobre Cristo, mientras que en Occidente se significa a través de la aparición de una mano que sale del cielo. En representaciones verticales, como la que aquí vemos, la escena se divide en dos zonas de tres figuras: encima aparece Cristo y los profetas, y debajo de los discípulos. La superior es majestuosa, estática y tranquila, mientras que en la inferior los discípulos se desparraman y se retuercen, dormidos o aterrados. Cada profeta suele estar en su propio pico dentado; Cristo puede ocupar otro, o más a menudo flotar en el aire vacío entre ellos. A veces, los tres flotan o se paran sobre una banda de nubes, como se aprecia en la obra que comentamos. A finales de la Edad Media, a medida que los artistas occidentales buscaban más realismo, el entorno montañoso se convirtió en un problema para ellos, lo que a veces los llevó a que en la zona superior se colocara en un pequeño montículo muy poco por encima de los apóstoles, simplificando la escena.

La multiplicación de los panes y los peces (capilla Scalas). Cronología: H. 1539. Autores: Atribuido a Pace Gazini de Bissone. Se encuentra situado en el banco del retablo de la capilla del don Baltasar del Río, obispo de Scalas, fallecido en Roma en 1541, segunda desde los pies de la nave del Evangelio. El retablo, de origen italiano, se coloca en 1539 sobre una tribuna que esconde la sacristía. Por debajo de aquella queda el sepulcro del prelado, vacío, pues sus restos se conservan en la iglesia de Santiago de los Españoles de Roma, donde estuvo al servicio de los papas Julio II y León X. Todo el conjunto está finamente modelado y tallado, siendo unánime la creencia de su procedencia ligur, dada la vinculación que presenta con otras obras existentes en la ciudad, como el sepulcro de doña Catalina de Ribera, actualmente en la Cartuja de Santa María de las Cuevas. A buen seguro que Bartolomé Esteban Murillo tuvo en cuenta esta representación cuando recibió por parte de don Miguel de Mañara el encargo de plasmar esta escena para el presbiterio de la iglesia de San Jorge de la Santa Caridad, pues presenta claras similitudes de composición.